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Los apoderados del menemismo bufaron su bronca mientras abandonaban el Palacio de Tribunales. Tal como aspiraba el Gobierno, la jueza federal María Servini de Cubría avaló la anulación de las elecciones internas en el Partido Justicialista y aceptó el sistema de neolemas para los próximos comicios presidenciales del 27 de abril. En un extenso fallo dado a conocer a las 21.30 de ayer, la magistrada con competencia electoral legitimó lo resuelto en el último congreso nacional justicialista realizado en Lanús, donde se estableció que los tres candidatos del PJ irán en sendos frentes a las elecciones generales. Así, Carlos Menem, Néstor Kirchner y Adolfo Rodríguez Saá quedaron habilitados para competir por el sillón de Rivadavia pero con distintos emblemas y siglas. Sólo quedó sin efecto la posibilidad de que el Congreso designara a los candidatos en forma directa, que era el as en la manga que hubiera empleado la Comisión de Acción Política si Servini fallaba a favor de los planteos de la fórmula Menem-Romero. Pero ese es un detalle. Lo esencial es que la sentencia es un triunfo del duhaldismo. Tanto que hasta puede ocurrir que el menemismo no apele la sentencia (ver nota aparte).
Aunque terminó avalando los neolemas, la jueza formuló una denuncia para que la Justicia electoral de la provincia investigara si las autoridades del congreso incurrieron en el delito de desobediencia al ignorar su orden de “abstenerse de introducir en la carta orgánica partidaria reforma alguna tendiente a incorporar el sistema de neolemas”.
Servini consideró que las decisiones que tomaron los congresales, desoyendo un mandato judicial decretado por ella misma, “resultaron claramente violatorias de la orden judicial impartida”. Sin embargo, a renglón seguido afirmó que “esa conducta aviesa de manera alguna tiene relevancia en el resultado” de esta resolución, y por lo tanto tomó lo decidido por el congreso partidario como hecho nuevo denunciado y decidió rechazar la nulidad pedida por los seguidores del ex presidente Menem.
- Tienen razón pero marche preso. “En esta oportunidad el congreso ha actuado fuera del marco de la legalidad y contrariando preceptos constitucionales”, argumentó Servini al referirse a la decisión de anular las elecciones internas dentro del justicialismo. Según ella, los partidos políticos son instituciones fundamentales del sistema democrático y deben garantizar “hacia adentro” los postulados de la Carta Magna. Sin embargo, la convenció el planteo del presidente de la junta electoral, quien le advirtió que “la elección interna es técnicamente imposible de realizar de manera tal que puedan ser inscriptos los candidatos el 8 de marzo”. Servini apeló a su experiencia de haber llevado adelante “más de diez procesos electorales” y resolvió que “encontrándonos a menos de un mes de la fecha establecida por el cronograma de la Elección Nacional para registrar candidatos, resulta materialmente imposible llevar adelante un proceso electoral de estas características”.
- Justicialismo por tres, sí. Servini entró de lleno en la cuestión de fondo al anticipar que no es factible que el Partido Justicialista presente varias fórmulas con boletas que lleven idénticas siglas y simbología porque “no existe legislación que contemple este sistema”. Esto sería objetado no sólo por los demás partidos, porque el PJ ofrecería “una superior oferta electoral a sus electores”, sino también porque genera confusión en electorado, “que no sabrá cuál es el candidato a presidente por el Partido Justicialista”. Sin embargo, el derecho siempre permite más de una interpretación. Y el derecho electoral no es una excepción. No será como partido pero sí como alianza electoral. La magistrada entendió que “el Congreso partidario ha resuelto que el Partido Justicialista no vaya por sí, sino formar parte de tres Alianzas Electorales distintas y autorizar a los tres precandidatos a conformarlas en nombre de la agrupación”, y que por esa circunstancia “no existiría ningún impedimento legal para que un partido político pudiera integrar tres alianzaselectorales distintas, pues al conformarse la misma el Partido pierde su identidad para transformarse en una entidad de carácter transitorio”.
Servini explicó que no hay perjuicio para otras fuerzas políticas. Antes bien, “se verían favorecidas toda vez que el caudal de votos que originariamente pertenecería al Partido Justicialista, quedaría fraccionado en tres” porque cada una de las alianzas computará para sí los votos obtenidos. Y concluyó que de este modo quedaría superada la dificultad que impone el artículo 64 del Código Electoral Nacional, dado que “se evitaría cualquier confusión en el electorado por tratarse, como se dijo, de tres agrupaciones inconfundibles entre sí, que llevarán boletas con distintos nombres, número, características y candidatos”.
- La foto de Perón y el dinero: Con respecto al uso de emblemas, símbolo y nombres, pateó al corner. Servini consideró que es atributo exclusivo del PJ y que esa cuestión será resuelta en el seno del partido o en su defecto a través de la Junta Electoral Nacional que, dato no menor, controla actualmente el duhaldismo. Pero a la jueza le preocupa que no surja claramente del acta del congreso qué “principio de equidad se aplicará”, es decir, qué criterio adoptará respecto de los fondos que perciba el partido político para campaña o para la impresión de boletas, que obviamente deben ser recibidos con anterioridad a obtener los resultados de la elección. Por lo tanto, resolvió intimar al PJ para que en el término de cinco días haga saber el modo en que se distribuirán los fondos partidarios, de campaña y de impresión de boletas. La presentación de este acuerdo sobre fondos es necesario para el reconocimiento mismo de la alianza.