EL PAíS › DUHALDE LE PEGO A MENEM Y HASTA HIZO CHISTES
De local y de buen humor
El Presidente aprovechó un acto en Hurlingham para ironizar sobre su rival, aun sobre su edad. Se rió también de sí mismo. Además, se diferenció del presidente boliviano y cuestionó al FMI.
Eduardo Duhalde aprovechó ayer una visita protocolar al municipio de Hurlingham, donde estuvo rodeado de amigos y fieles adláteres, para chicanear a su rival de siempre y arrogarse el rol de vocero hemisférico de las críticas al Fondo Monetario Internacional (FMI). “Yo respeto mucho a la gente mayor, pero le aconsejo al ex presidente que se porte bien”, respondió Duhalde, chicana incluida, cuando le preguntaron por los pronósticos triunfalistas de Carlos Menem. Luego volvió a declarar su “opción por la renovación (del PJ)” y exhortó a “no construir el futuro pensando en el pasado argentino, que es muy triste”. De buen humor, se lo notaba distendido y orgulloso de su gestión. Tanto, que cuestionó al FMI y se apresuró a diferenciarse del boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada. “¿Qué pasó en Bolivia? El FMI fue y le hizo lo que a la Argentina durante el gobierno de la Alianza”, analizó en tono crítico.
Duhalde llegó a Hurlingham junto a una comitiva de dirigentes que representan al “nuevo espacio peronista” que contribuyó a crear. Estaban el gobernador Felipe Solá –quien habló antes que el Presidente con un tono campechano e informal y presentó al ministro de Salud, Ginés González García, como “el gordito que habló antes”– y un nutrido grupo de dirigentes bonaerenses encabezado por el ex intendente local y ministro de Justicia Juan José Alvarez, el ministro de la Producción Aníbal Fernández y el jefe de Gabinete Alfredo Atanasof. “Ellos les pusieron el pecho a las balas en momentos muy difíciles”, los elogió Duhalde, como también alabó a Solá, a quien definió como “un hombre honesto y trabajador”.
Con el marco propicio, Duhalde se dedicó a hablar de temas de los que usualmente no habla. Así, se permitió criticar con dureza al FMI por lo que sucedió en Bolivia (“El Fondo hizo que rebajaran los salarios un 12 por ciento y el resultado fue gente en la calle, hermanos enfrentados y muertos”, dijo) pero no mencionó que su gobierno acordó subas de tarifas –que para los salarios pesan también como un ajuste– con el organismo de crédito que preside Hoerst Koehler. De todas formas, con sus críticas, Duhalde se ubicó en un lugar de abierta confrontación con el FMI. “Deben entender que las políticas de ajustes estructurales que llevaron a la Argentina a este estado de miseria tienen que acabar para siempre”, agregó luego, en un mensaje dirigido tanto a los funcionarios del FMI como al establishment y la clase política locales.
Para hacer sus críticas, Duhalde explotó un contexto favorable –la detención del funcionario peruano del FMI, Jorge Baca Campodónico, acusado de corrupción– (ver página 6) que el Gobierno recibió con cierta sorna y satisfacción disimulada. Es que, en silencio, varios funcionarios del Ejecutivo lo tomaron como un caso testigo o una prueba de que el organismo no es impoluto en casos de corrupción, ni mucho menos. Para concluir con su serie de reproches al FMI, Duhalde se lamentó por los gobiernos que obedecen escrupulosamente los mandatos de Koehler y compañía. “No se le ocurrió otra cosa que hacerle caso al FMI”, señaló, para explicar lo que consideró el principal error de su par boliviano Sánchez de Lozada.
De nuevo en temas domésticos, cuando le consultaron por la elección general del 27 de abril próximo, Duhalde insistió una vez más en que su candidato es el santacruceño Néstor Kirchner. Lo elogió delante de quienes lo acompañaban –una señal implícita para fortalecer la candidatura del patagónico– y se abstuvo de dar consejos para que el patagónico pueda asegurar un triunfo en los comicios presidenciales. “Es lo suficientemente grande para saber lo que tiene que hacer”, dijo de su aliado. Hacia el final de su discurso, empezó a hablar de sí mismo y se dedicó a hacer un balance de su gestión. “Me estoy despidiendo con la alegría de haber hecho el más grande esfuerzo que puede hacer una persona”, aseguró antes de repetir que “lo peor ya pasó” y que “la producción es el camino para volver a estar orgullosos de nuestra historia”.
Por la frase que utilizó para referirse a Menem –“gente mayor”–, se comprobó que le gustaría que uno de sus logros fuera el de jubilar a su viejo enemigo. Sólo así podría despedirse satisfecho, como admitió ayer con humor. “Estoy como Los Chalchaleros, despidiéndome en todos lados.”