Luego de un año y medio de exilio, el depuesto presidente de Honduras Manuel “Mel” Zelaya pudo volver a su país en un clima de algarabía de parte de sus simpatizantes y se reunió en la residencia oficial con el mandatario Porfirio Lobo. Así las cosas, Argentina preparaba el reconocimiento oficial al gobierno de Lobo, algo a lo que se había negado sistemáticamente hasta tanto no se permitiera el ingreso de Zelaya. “Existe un acuerdo arreglado por Colombia y Venezuela, así que nosotros tenemos que apoyar”, explicaba el canciller Héctor Timerman. La Cancillería había mandado un embajador para participar de los actos –hay que recordar que Argentina y Honduras se habían expulsado mutuamente sus representantes diplomáticos– y en los próximos días habrá reuniones para terminar de delinear el tema. Timerman, que se encontrará en Italia acompañando a la Presidenta, adelantó que viajará su segundo, el vicecanciller Héctor D’Alotto, para transmitir la posición argentina.