“Hoy fue un día casi perfecto. Estuve con los trabajadores y ahora con los jóvenes. Trabajo y jóvenes, qué buena combinación para un proceso de recuperación de la Patria.” Con esa frase, Cristina Kirchner abrió el mensaje con el que ayer inauguró la Sala de la Juventud Néstor Kirchner, en lo que fue el despacho de diputado del ex presidente en el Congreso. Afuera, en los pasillos del edificio, grupos de jóvenes festejaban las palabras de la Presidenta, que no pudo evitar referirse a las versiones periodísticas sobre un posible desdoblamiento cambiario: “Hoy leía titulares que el viceministro de Economía pensaba en 4, 5, 30 tipos de cambio. No crean nada”, sostuvo antes de afirmar que “esta Argentina y esta presidenta es absolutamente responsable y previsible” (ver página 7).

“La estoy llevando bastante bien”, dijo CFK sobre su estado emotivo después de recibir del presidente de la Cámara baja, Julián Domínguez, la placa que identificaba el despacho del diputado Néstor Kirchner en las oficinas 313 y 338 del Palacio Legislativo. Desde ayer es la Sala de la Juventud Néstor Kirchner, pintada de blanco y con veinte fotos en sus paredes que repasan momentos trascendentes de su mandato presidencial: en la apertura de la ESMA, dando la orden de descolgar los cuadros de Videla y Bignone del Colegio Militar, con la banda presidencial junto a Fidel Castro y Hugo Chávez, con Evo Morales y Lula, con ex combatientes de Malvinas y los mineros de Río Turbio, entre otras tantas.

“Parece ser que algunos en Argentina sólo participan para ganar, y lo más probable es que si participan para ganar, pierden siempre”, dijo la Presidenta al recordar que Kirchner salió segundo en las elecciones de abril de 2003 y la columna de José Claudio Escribano del diario La Nación (cuya gigantografía colgaba en la entrada a la Sala), que bajo el título de “36 horas de carnaval decadente” vaticinaba apenas un año de vida para el nuevo gobierno después de que Carlos Menem se bajara del ballottage.

“No nos emborrachamos en las victorias, porque primero sufrimos derrotas”, aseveró CFK flanqueada por Domínguez y el jefe del bloque de diputados, Agustín Rossi, y ante una pequeña y seleccionada platea en el reducido salón. De un lado de la mesa, el resto de las autoridades del bloque: Juliana Di Tullio, Carlos “Cuto” Moreno, Carlos Kunkel y Teresa García. Del otro, los jóvenes diputados camporistas Marcos Cleri, Anabel Fernández Sagasti, María Luz Alonso, Mayra García y Horacio Pietragalla Corti; Leonardo Grosso, del Movimiento Evita, y Facundo Moyano, hijo del jefe cegetista. En tanto, el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, el secretario Oscar Parrilli, el diputado bonaerense José Ottavis y el titular de AA, Mariano Recalde, permanecieron de pie a un costado.

El acto estaba previsto desde hacía tiempo, pero sin fecha y la Presidenta decidió que fuera ayer, después de participar de una inauguración en San Fernando. La noticia se conoció apenas unas horas antes, pero alcanzó para que decenas de jóvenes –muchos de ellos militantes secundarios– de La Cámpora, el Movimiento Evita y la JP Descamisados coparan los pasillos del tercer piso de la Cámara baja en una larga fila que recibió a CFK con un amplio repertorio de cánticos. “Los gorilas se quieren matar, YPF ya es nacional”, entonaron. También el clásico “Néstor no se murió, Néstor no se murió, Néstor vive en el pueblo...”.

La Presidenta reparó en la foto de Kirchner votando junto a Rossi la ley de matrimonio igualitario. “Sé que trabajó a destajo ese día. El odiaba la discriminación y luchaba por la inclusión”, recordó. “Hay un cambio de época muy fuerte. No tengan dudas de que va a haber grandes transformaciones”, aseguró la Presidenta y se dirigió a los jóvenes: “Son ustedes los responsables de los tiempos que vienen”.