“Seguimos trabajando y recién el día de la asunción se realizarán anuncios de medidas económicas”, dijo ayer Roberto Lavagna luego de reunirse con Néstor Kirchner, su futuro jefe. Sin embargo, el ministro de Economía del actual gobierno y del próximo le acercó al presidente electo un borrador de medidas, y le explicó la secuencia que deberían seguir los anuncios. El paquete se desglosa en dos partes. Una primera, para la gente, lista para el día de la asunción: obras públicas, mejoras en el poder compra de los sectores más pobres, continuidad en los planes jefes y jefas de hogar, estímulos al crédito y hasta una eventual suba del salario mínimo. La segunda parte del paquete, para satisfacer algunas condiciones del acuerdo con el FMI, llegaría después.
La cuestión de las ejecuciones hipotecarias “es uno de los temas en los que estuve trabajando a fondo esta mañana con el ministro de Economía”, le contó Kirchner a Mirtha Legrand, mientras almorzaban frente a las cámaras de América. “Es un tema angustiante, no voy a hacer demagogia de cuarta, estoy trabajando seriamente en el tema”, agregó.
Qué hacer con la nueva prórroga por 90 días de la suspensión de ejecuciones hipotecarias que aprobó el Congreso es uno de los temas más urticantes de la agenda Kirchner-Lavagna por estas horas. Por un lado, el Fondo Monetario, como se lo transmitió personalmente al ministro la misión que estuvo hasta el lunes pasado en Buenos Aires, es “inadmisible” que por tercera vez consecutiva se prorroguen las ejecuciones. Por el otro, el presidente electo sabe de la sensibilidad política de la cuestión, en especial para los sectores más combativos de la clase media. Por eso, en principio, se buscaría un nuevo acuerdo con los banqueros para mantener la suspensión de ejecuciones para el caso de los créditos para vivienda única, pero no por ley sino por acuerdo voluntario con las entidades financieras. “Los créditos para vivienda única no son demasiado relevantes en el conjunto, así que por tres meses más podrían quedar excluidos de las ejecuciones”, explicó un funcionario del equipo económico a este diario.
Lavagna sostuvo que, como Kirchner viajaba ayer por la tarde hacia Santa Cruz, recién el lunes seguirían conversando sobre el paquete económico que anunciaría la nueva administración. Sin embargo, Página/12 tuvo acceso al menú de medidas que prepararon en Economía para que Kirchner escoja. Son las siguientes:
- Un megaplán de obras públicas, a financiar con préstamos de organismos internacionales (Banco Mundial y BID) actualmente en curso –pero desperdigados en distintas áreas de la administración públicas– y recursos presupuestarios, que surgirían de la redefinición de las metas fiscales con el FMI. Además, hay fondos específicos para obras que, debido a la lentitud en las licitaciones, no están siendo ejecutados. Por ejemplo, este año el Fondo Hídrico –5 centavos de cada libro de nafta super y otros 5 centavos por metro cúbico de GNC– recaudará este año 300 millones de pesos. En cambio, el cupo de proyectos asignados asciende a un valor muy inferior. De ahí que un capítulo central del plan de infraestructura serán las obras de protección contra inundaciones y de recuperación de zonas anegadas. Kirchner está pensando en reponer el Ministerio de Infraestructura para que los lleve adelante (más información en página 12).
- El cambio en las normas de cartera de las AFJP para alentar la financiación de proyectos productivos de inversión.
- Créditos para la exportación del BICE (Banco de Inversión y Comercio Exterior) y para PyMEs del Banco Nación.
- Por el lado de los ingresos, se mantendrían los planes jefes y jefas de hogar y el aumento salarial de 200 pesos no remunerativos.
- En el equipo de Lavagna dicen que el canje de cuasimonedas provinciales por pesos también contribuirá a recomponer el poder de compra de lossalarios públicos en el interior del país, especialmente en las provincias donde circulan bonos muy devaluados.
- Pero en el entorno de Kirchner también barajan la posibilidad de elevar el salario mínimo, de los 200 pesos actuales a 350 pesos. Así, especulan, forzarían la apertura de las convenciones colectivas de trabajo y podrían motorizarse incrementos de sueldos independientes de los decretos del gobierno. Sin embargo, la propuesta de Carlos Tomada, aspirante al Ministerio de Trabajo, no fue conversada todavía con Lavagna. En Economía, en cambio, preferirían hacer remunerativos los 200 pesos que hoy están colgados del salario.
- Otra medida en estudio es la rebaja del IVA del 21 al 10,5 por ciento para la canasta básica de alimentos. La propuesta apunta a abaratar un grupo de productos esenciales –leche, pan, carne, pollo, cerdo, pescado, galletitas saladas, galletitas dulces no rellenas y fideos secos– que representan el 80 por ciento del costo de la canasta que mide la indigencia.
El segundo paquete de medidas no sería anunciado en el corto plazo, al menos no durante las dos primeras semanas de gobierno. E incluiría los temas que Lavagna barrió bajo la alfombra y el Fondo Monetario exige sean desempolvados cuánto antes. Entre ellos se destacan los siguientes:
- Una ley que otorgue al Poder Ejecutivo la plena facultad para fijar las tarifas de los servicios públicos. Recién entonces se insistiría con el ajuste escalonado de tarifas, en dos rondas del 10 por ciento en promedio cada una. Como los decretos del año pasado que frenó la Justicia, el programa de aumentos contemplaría una “tarifa social” para los sectores más carenciados. En el equipo de Lavagna también hay quienes proponen un incremento inmediato de tarifas para las empresas industriales y el campo, principales beneficiados por la devaluación, de modo de aliviar las presiones del Fondo y aligerar la carga del ajuste venidero sobre el resto de la sociedad.
- La modificación del impuesto al gasoil, transformándolo en un porcentaje del precio, para elevar su recaudación.
- Un proyecto de ley para instrumentar las compensaciones a los bancos por la pesificación asimétrica.
- El comienzo formal de la renegociación de la deuda en default con los acreedores extranjeros.