El Congreso de la Nación rechazó por unanimidad la “votación” que el Reino Unido organizó en las islas Malvinas para que sus súbditos ratifiquen su pertenencia británica como territorio de ultramar. La Cámara de Diputados y el Senado debatieron y respaldaron un proyecto de declaración en donde se cambió la palabra “referéndum” por “votación” para repudiar “una acción unilateral ilegítima contraria a lo establecido por las Naciones Unidas, sin consecuencias jurídicas internacionales” y la actitud “colonialista británica en las islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes”.

En el Senado, el texto de la iniciativa rechaza “la votación convocada por el Reino Unido” para preguntarles a los habitantes de Malvinas “sobre cuestiones que pretenden tergiversar la verdadera situación jurídica en la que se encuentran”. “Nada ha cambiado para el derecho internacional y las Naciones Unidas”, reafirmó el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara alta, el senador porteño Daniel Filmus, quien agregó que “está claro” que al Reino Unido “le interesa tener injerencia en un lugar que está a 14 mil kilómetros”.

“No será recordado en pocos días más, pero no lo podemos dejar pasar”, manifestó el senador kirchnerista Aníbal Fernández. Para el legislador bonaerense, la decisión de realizar la votación en cuestión fue “poco seria”, tuvo como objetivo “buscar una ventaja política” del primer ministro británico, David Cameron, y fue “un gesto de provocación, sin valor ninguno”.

“No cambia nada en lo jurídico y no tiene significación legal, se inscribe como un nuevo acto provocador del gobierno de David Cameron”, coincidió el senador socialista Rubén Giustiniani, autor de la iniciativa junto a Filmus. El jefe del bloque de la UCR, José Cano, afirmó que el referendo es “absolutamente violatorio del derecho internacional” y manifestó que los kelpers “son una población implantada”.

En Diputados, el rechazo también fue unánime entre los 175 legisladores que estaban en el recinto. “Tiene un carácter unilateral absolutamente absurdo. Se les pregunta a los habitantes británicos en nuestras islas Malvinas si quieren seguir siendo británicos como territorio de ultramar”, definió Guillermo Carmona la votación en Malvinas.

El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara baja también definió como “acciones provocativas del Reino Unido” ante el “apoyo unánime de América latina y el Caribe donde existen ex colonias británicas” a la postura argentina, así como “el respaldo de todo el continente africano”. Carmona también destacó el alineamiento parlamentario y el accionar de todos los legisladores, oficialistas y opositores, en los distintos foros internacionales para respaldar la causa Malvinas.

“Más allá de las diferencias, la lucha por la soberanía de las islas Malvinas forma parte de una causa nacional que todos los argentinos compartimos. Y no está asociado a intereses materiales ni relacionado con posiciones nacionalistas trasnochadas y chauvinistas”, soltó el radical Ricardo Alfonsín para manifestar el respaldo de su bloque.

Para el peronista disidente Alfredo Atanasof, la votación en Malvinas “no fue avalada ni supervisada por Naciones Unidas” y será recordada como “un mamarracho que hizo un miembro permanente del Consejo de Seguridad”. Al tiempo que denunció “la militarización del Reino Unido en el Atlántico Sur”, el “riesgo ecológico” que representa la explotación ilegal de sus recursos naturales y que la “proyección británica sobre el espacio antártico es un ataque no sólo a al Argentina sino a toda Latinoamérica”.