EL PAíS
› YA ES LEY LA AUTORIZACION PARA QUE SE INTERVENGA EL PAMI
Para Barrionuevo que mira por TV
Diputados por abrumadora mayoría y en una sesión veloz autorizó al Gobierno para intervenir la obra social de los jubilados. Por ahora no será necesario, porque la CGT, tras fuertes discusiones internas, entregó la cabeza de Petrecca y Hermoso.
› Por Felipe Yapur
El gobierno de Néstor Kirchner ya cuenta con la herramienta para intervenir el PAMI. A diferencia del apoyo generalizado del Senado, en el recinto de la Cámara de Diputados resonaron las advertencias sobre el peligro de que se repita la historia de corrupción que caracterizó a la mayor obra social del país. Es más, ni siquiera hubo una defensa enfática como la escuchada en la Cámara alta a través de la voz de la senadora Cristina Kirchner. La aprobación estuvo más atada a la fuerza que le imprimió el Presidente a su gestión que a la predisposición de las bancas oficialistas donde se observaron muchas ausencias.
Con quórum estricto –130 legisladores– el presidente de la Cámara baja, Eduardo Camaño anunció el comienzo de una sesión que se presagiaba larga. El recinto mostraba grandes claros que daban cuenta de la dificultad que tuvo Camaño para contener a la tropa propia que aparentemente estaba más deseosa de retornar a las provincias que darle la ley al Ejecutivo.
Del tenor de los discursos, incluso los que anunciaron la abstención y un acompañamiento con reservas, se desprende que la Cámara baja se presenta como la más conflictiva de las dos que conforman el Poder Legislativo. De hecho, uno de los hombres del PJ con más peso en la conducción de la Cámara reconoció que la tarea tenderá a complicarse si el Ejecutivo no les da tiempo para “negociar” con el resto de los bloques. El eufemismo, sostiene el legislador, se refiere al tratamiento habitual que se le da a los proyectos que son debatidos previamente en las comisiones parlamentarias. Algo que no sucedió con el pedido de intervención al PAMI. “Mientras sean leyes que apoya la gente no habrá problemas. No sé qué pasará cuando lleguen de las otras”, dijo.
De los 44 radicales que se sentaron en las poltronas, el encargado de sentar la posición fue el ex ministro de Salud de Raúl Alfonsín, Aldo Neri. Así, el legislador se convirtió en el primero en explicitar su apoyo al proyecto que ya tenía media sanción del Senado. Si bien el veterano diputado señaló que el bloque estaba de acuerdo con otorgarle al Presidente la facultad de intervenir, advirtió que “sorprende la forma en que fue planteada porque surge de una crisis coyuntural, de conducción del organismo y a pocos meses de su normalización. Esto nos hace dudar sobre las razones de fondo que puede haber”. Para más datos, el legislador agregó que “la crisis no se va a resolver con una mejor conducción o con parches de reforma circunstanciales”.
Las posiciones más duras se escucharon desde el socialismo y de Autodeterminación y Libertad. El presidente del bloque del PS, Jorge Rivas, con un efusivo discurso marcó sus serias discrepancias con el proyecto en cuestión: “El Gobierno no quiere intervenir el PAMI sino negociar”, acusó para luego advertir que “a la corrupción hay que denunciarla, ponerla bajo proceso judicial, lo que no se puede es pactar con los corruptos”. De todas formas, el socialista anunció que su bloque se iba a abstener. Diferente fue la posición de Luis Zamora, quien sí votó en contra porque consideró que mientras el Congreso debate, “el Gobierno ya negoció con los gordos de la CGT”, dijo al tiempo que blandía un ejemplar de Página/12. “¿Alguien puede creer que al cambiar a (Luis) Barrionuevo por (Armando) Cavalieri se avanza en la lucha contra la corrupción?”, se preguntó. Luego recordó que la senadora Kirchner había dicho que “no venimos a hacer lo mismo”. Golpeando la banca, el diputado aseguró que “vienen a hacer lo mismo”. Esto produjo una airada reacción del justicialista José María Díaz Bancalari, quien le pedía a Camaño que le exija respeto por la legisladora.
Si en el Senado la defensa de los cuestionados directores del PAMI la realizó Barrionuevo, en la Cámara baja ese rol le cupo al rionegrinoOvidio Zúñiga que preside la Comisión de Previsión Social. El barrionuevista que permanece separado del oficialismo le dio a su discurso una buena dosis de hipocresía. Con tono mesurado advirtió que “en el afán de consolidar la capacidad de conducción se corre el riesgo de caer en el autoritarismo”. Sus colegas del PJ lo miraron con atención sin emitir opinión. El rionegrino continuó con su tónica al asegurar que si bien se abstenía de votar “me queda la sensación que si no comparto este proyecto estoy en contra de todos, incluso del país”. Para graficar su situación recurrió a una particular versión del conocido poema de Bertolt Brecht al sostener que “primero se llevaron a los negros, pero como yo no lo era no me importó. Luego fueron los judíos, tampoco me importó porque no soy judío. Después le tocó a los dirigentes sindicales, pero como no lo era no me molestó. Ahora me llevan a mí, pero ya es tarde”. Nadie lo aplaudió, ni siquiera los menemistas que no regresaron al bloque del PJ.
Una de las últimas en hablar fue la jefa del bloque del ARI. Elisa Carrió anunció que su bancada se abstenía de votar el proyecto pero no estaba decidida a impedir que el Presidente obtenga la herramienta reclamada. Sin embargo, se preocupó en recordar que lo que sucede con el PAMI ya ocurrió durante el gobierno de la Alianza. “Acá el problema es la memoria”, dijo para luego destacar que en su momento la ex interventora del PAMI, Cecilia Felgueras, “negoció con (Carlos) West Ocampo, Cavalieri y (Enrique) Nosiglia su ingreso a lnstituto. A cambio debió mantener justamente a (Reynaldo) Hermoso y (Domingo) Petrecca. El problema es igual porque el PAMI no es un negocio de la salud, sino que los viejos son el negocio de las corporaciones”.
El encargado de llevar la voz oficial al recinto fue Díaz Bancalari. Lejos de justificar la iniciativa presidencial como lo hiciera la senadora Kirchner el miércoles, el duhaldista se preocupó más en responder a Zamora y cuestionar a los diputados de centroizquierda a los que definió de progresistas “que es lo mismo que liberales prolijos”. Esto provocó que Camaño le hiciera desesperadas señas al bonaerense para que no hiciera peligrar el quórum. Bancalari finalmente reaccionó y sin más dijo que “esta ley no es la solución pero evita los errores que se cometieron”, y aseguró que “en el Ejecutivo no hay voluntad de transformar el PAMI en un botín de guerra, sino de abrirlo, participar y transparentar”. Luego votaron y con el apoyo radical y del ultraoficialista Frepaso, el justicialismo consiguió la sanción del proyecto. Por 180 días puede intervenir el PAMI. Por ahora, no lo hará.
Subnotas