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Misceláneas
Una tregua para Pampuro. Franco come en casa. Bullrich gana en el Tortoni. D’Elía, con tránsito libre. Tomada de pelo. Un reemplazo Bárbaro. Muñoz está sano, salvo y bien alimentado. El deconcierto de Alicia. Deportivo Alessandro.
Por Diego Schurman
A PP LO MATA EL ESTILO K
No fue precisamente una semana de gloria para José “Pepe” Pampuro. El ministro de Defensa debió soportar la presión de los militares tras rehabilitarse las extradiciones. Hasta contó indignado cómo en la recepción del Edificio Libertador un hombre de la fuerza reclamó que “el espíritu de Adolf Hitler se reencarne en los que dirigen esta institución para que se dé cuenta este montonero”, en claro ataque a Néstor Kirchner. Como si fuera poco, el canciller Rafael Bielsa, y también el jefe de gabinete del Ministerio de Relaciones Exteriores, Eduardo Valdés, bromean con el incómodo momento que le toca atravesar al titular de Defensa, a quien llaman “PP”, no por “Pepe” –aclaran– si no por “Pobre Pampuro”.
NI UNA ALEGRÍA
El fracaso en las urnas disparó a muchos menemistas hacia los negocios privados. Uno de los que está habituado a ello es el ex director de Migraciones, Hugo Franco. Pero se ve que la suerte tampoco lo acompañó en su emprendimiento gastronómico. Y, según dicen en el mundillo de la noche, ahora está dispuesto a vender su parte del restaurant Cirilo –que comparte con la pareja de Susana Giménez, Corcho Rodríguez–, donde el miércoles a la noche las mesas se veían despobladas.
UNA MESA PARA BULLRICH
Afuera llovía. Adentro Patricia Bullrich desataba su propia tormenta. Amén de los turistas y algunos despistados, el Café Tortoni comenzó a alborotarse con la presencia de la candidata a Jefe de Gobierno porteña. La ex ministra de Trabajo se tomó, valga la redundancia, el trabajo de transitar por algunas mesas promocionando sus virtudes para tomar las riendas de la ciudad. “Soy una mujer con energías e idónea para la Capital”, arrancó ante unas damas, que el viejo castellano denominaba “señoras gordas”. Y al parecer logró persuadirlas. Eso sí, no sea cosa que, así como Adolfo Rodríguez Saá se ufanaba de haber ganado en una mesa de Necochea –ante el triste panorama que le deparaba el resto de los distritos–, Patricia haga lo propio con la mesa del Tortoni.
SIN INTERMEDIARIOS
El estilo K no es sólo abrir frentes de conflicto –con militares, sindicalistas, etc.– como atizan los opositores, sino también algunas puertas. Y de eso sabe en los últimos tiempos Luis D’Elía. A pesar de no ser el candidato oficial para la gobernación bonaerense, el piquetero sabe lo que es entrar al despacho del presidente Néstor Kirchner sin el filtro previo de algunos ministros, como solía suceder en otros tiempos. La buena relación, de todos modos, no queda entre cuatro paredes sino que ya ha trascendido la Casa Rosada: el dirigente no oculta su respaldo al Gobierno “si sigue en esta línea” –como aclaró en su acto de lanzamiento– y en la posibilidad de transitar con el movimiento piquetero en “otra etapa”, en la que mermaría la protesta callejera.
CURRITO
Durante la reciente gira presidencial a Estados Unidos nadie tenía precisiones sobre el descenso de la tasa de desempleo. Pero el grupo de ministros que logró relajarse durante la escala en Manaos comenzó a intuirla. Fue al ver, en medio de salón VIP, una terminal para la recarga de celulares. Para utilizarla, al lado de cada toma de enchufe había una ranura para abonar el servicio con monedas. “Mirá el currito que se consiguió Tomada”, señaló el más conspicuo de los viajeros en alusión al ministro de Trabajo, Carlos Tomada. Sólo después de ver el cartel indicador “Tomada para recargar celulares (“Toma para recargar celulares”, entendieron el previsible chiste).
¡¡¡QUÉ BÁRBARO!!!
Lo operaron de urgencia y no pudo hacer presencia junto a la comitiva argentina que encabezó Néstor Kirchner en París. Pero lo que al embajador argentino en Francia, el menemista Juan Archibaldo Lanús, le pareció un mal momento terminó convirtiéndose en apenas una anécdota al lado de lo que le sucedió en esta última semana, cuando le informaron que probablemente sea reemplazado en el cargo por el ex secretario de Cultura Julio Donato Bárbaro.
BUEN PROVECHO
La confraternidad entre los kirchneristas se profundiza en las giras. Y eso se notó durante el último viaje a Europa. Fue cuando desapareció de escena Daniel Muñoz, el infaltable secretario de Néstor Kirchner. Toda la tropa se preocupó por la suerte del hombre, y hasta lo imaginaban famélico ya que no participaba de la comida de protocolo que se realizaba en Gran Bretaña. Pero Muñoz mantuvo en pie la fama de “rápido” de los “pingüinos” del Gabinete: pocos minutos después –informaron en la delegación– lo encontraron degustando unos exquisitos platos con agentes del servicio secreto de la reina.
PAMI NO ES PA’MÍ
Profundo desconcierto produjo entre los funcionarios que rodean a la ministra de Acción Social, Alicia Kirchner, la negativa del interventor del PAMI, Juan González Gaviola, a incorporar a un grupo de técnicos de confianza que la ayudaron durante la campaña electoral. Ocurre que los “pingüinos” tenían poco conocimiento del Instituto y originalmente recurrieron a dos especialistas en obras sociales, también vinculados con Aníbal Ibarra. Sin embargo, se llevaron menuda sorpresa cuando el ex vicegobernador mendocino los vetó pese a las cartas de presentación de la hermana del Presidente y del Jefe de Gobierno porteño. Y no sólo les llamó la atención por la manera en que se obvió el pedido de Kirchner e Ibarra sino, además, por desechar gente con know-how en el manejo de la controvertida obra social de los jubilados.
* Colaboraron Sergio Moreno y Fernando Cibeira.