La propuesta de pago del Gobierno a través del canje de títulos con ley extranjera por ley local generó controversia entre economistas. “La alternativa que ofrecen las autoridades nacionales es coherente y valiente, porque permite no interrumpir los compromisos con acreedores que aceptaron reestructurar sus deudas, aunque esto implique entrar a partir del 30 de julio en default técnico”, aseguró Mariano Kestelboim, de la Sociedad Internacional para el Desarrollo. Agregó que “la idea que nos intentan imponer desde Nueva York acerca de que hay que pagar sin importar las condiciones resulta un principio sumamente conservador. La Corte Suprema de Estados Unidos parece tener un motivo ideológico en contra de Argentina. Decide avalar la decisión del juez Griesa porque no acepta que el país se rebele contra el poder financiero internacional”.

Por su parte, Ramiro Castiñeira, de Econométrica, consideró que no tiene sentido instrumentar mecanismos que nos lleven a una situación de default. Consideró que la mejor salida sería negociar con los fondos buitre un pago que no afecte el nivel de reservas internacionales, lo cual implica no pagarles en efectivo, sino a través de bonos, como ocurrió con Repsol. “Si dicen que van a mandar a los abogados a hablar con los actores del juicio es porque el Gobierno puede estar pensando en negociar la forma de pago para no sacrificar reservas. Caer en default tendría consecuencias negativas para la economía. No sería la situación de 2001, porque hoy el país es otro, pero generaría menor actividad, más inflación y más brecha sobre el dólar”, dijo Castiñeira.

El ex presidente del Banco Central Arnaldo Bocco consideró que el país no tiene ninguna intención de incumplir sus compromisos financieros. “La Argentina da mensajes claros de que no pretende entrar en un proceso de default.” Aseguró que “el juez Griesa ahora puede llamar a las partes para que negocien. No digo que lo haga ecuánimemente, porque no creo que así sea, pero está dentro de sus atribuciones. La batalla judicial podría haberse evitado si la Corte de Estados Unidos fallaba de otra forma”.