EL PAíS › CAPITANICH, KICILLOF Y ZANNINI EXPUSIERON EN EL CONGRESO UN INFORME DE SITUACIóN POR LA DEUDA
Los funcionarios ratificaron la voluntad de pago del país y adelantaron su deseo de reunirse con el juez Griesa para hacer gestiones. Los jefes de los bloques opositores pidieron más precisiones, pero igual apoyaron.
› Por Sebastian Abrevaya
El Gobierno se reunió ayer durante dos horas y media con los representantes legislativos de la oposición, con el objetivo de presentarles un informe de la situación de la deuda argentina luego de la resolución de la Corte Suprema estadounidense que dejó en firme el fallo del juez Thomas Griesa. Durante el encuentro, el equipo encabezado por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich; el ministro de Economía, Axel Kicillof, y el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, expuso la posición del Gobierno, ratificando la voluntad de pago a los acreedores que ingresaron al canje de deuda y manifestando la intención de reunirse con el juez norteamericano para hacer las “gestiones judiciales” que sean posibles. Sectores de la oposición marcaron críticas al Ejecutivo y plantearon interrogantes sobre la estrategia oficial. Al terminar, Capitanich ofreció su interpretación del encuentro: “La síntesis que hemos recibido hoy es que el Congreso de la Nación, a través de sus diferentes bloques legislativos, ha brindado el pleno respaldo a la posición argentina en defensa de los intereses del país”, aseguró el jefe de Gabinete. De todas maneras, reconoció que hubo distintas “aristas”.
Pasadas las 10, comenzaron a ingresar los legisladores y funcionarios nacionales al Salón de Honor de la Cámara de Diputados. Kicillof cruzó desde el Senado por el Salón de los Pasos Perdidos, escoltado por los representantes del Frente para la Victoria Miguel Pichetto, Aníbal Fernández, José Mayans y Marcelo Fuentes. Zannini y Capitanich, en cambio, accedieron por otro ingreso. Poco después se inició la reunión, de la que participaron los presidentes de bloque de ambas cámaras, entre más de 60 legisladores.
En la mesa principal se ubicaron el presidente de la Cámara baja, Julián Domínguez; el presidente provisional del Senado, Gerardo Zamora; Pichetto y la jefa del bloque K en Diputados, Juliana Di Tullio. Enfrente, entre las sillas plegables de terciopelo rojo estaban los jefes de bloque radicales, el senador Gerardo Morales y el diputado Mario Negri, además de los precandidatos presidenciales Julio Cobos y Ernesto Sanz. La UCR fue la que tuvo la postura más conciliadora, mientras otros legisladores del FA-Unen, como el senador Pino Solanas, se retiraron antes para comentar a la prensa las críticas vertidas en su discurso en la reunión.
Los massistas Darío Giustozzi, Mario Das Neves y Graciela Camaño compartieron tribuna con los macristas Federico Pinedo y Gabriela Michetti y peronistas disidentes como Adolfo Rodríguez Saá –que también habló– y Francisco de Narváez. Por la Coalición Cívica no estuvo Elisa Carrió sino Fernando Sánchez y Martín Lousteau, en representación propia. Los socialistas Rubén Giustiniani y Juan Carlos Zabalza tampoco se perdieron la reunión, igual que Claudio Lozano, de Unidad Popular, entre otros opositores. La nómina oficialista también estuvo integrada por Roberto Feletti, titular de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, y por Carlos Heller, de Nuevo Encuentro.
El primero en hacer uso de la palabra fue Capitanich, quien destacó la decisión del oficialismo de “cumplir con el Congreso”, convocando a los principales funcionarios involucrados a brindar explicaciones. Posteriormente habló Kicillof, que se disponía a hacer una detallada reseña del problema de la deuda argentina cuando, luego de unos 20 minutos, fue interrumpido por Das Neves. Según participantes de la reunión, el ex gobernador de Chubut levantó la mano para pedir la palabra y, ante la falta de respuesta, directamente cuestionó lo que consideró una “falta de respeto” del ministro por darles a los legisladores “una clase de macroeconomía básica”. Otros opositores también se sumaron al planteo de Das Neves, como Lousteau, y el diputado del Frente de Izquierda, Néstor Pitrola. El titular del Palacio de Hacienda acortó entonces su exposición, focalizándose en gran medida en la negociación con el Club de París.
Zannini, por su parte, hizo un alegato más político, con énfasis en cuestionar la “prórroga de jurisdicción”, que implica en este caso que la Argentina deba someterse a los tribunales de Estados Unidos y no a la Justicia local.
Pasadas las exposiciones tuvieron lugar las preguntas de los legisladores. Fueron doce, seis por Cámara, respetando la integración política de cada cuerpo. Las preguntas no vinieron sólo del lado de la oposición. Pichetto preguntó por los plazos, teniendo en cuenta que a fin de este mes debe realizarse un nuevo pago de la deuda reestructurada y que a fin de año vence la cláusula RUFO, que obliga al Gobierno a equipararles a los acreedores que entraron en el canje cualquier “oferta voluntaria” que sea superadora de la propuesta que aceptaron.
Durante la reunión se mencionó que esa cláusula podría no ser aplicada en este caso, ya que no se trata de una oferta voluntaria de la Argentina, sino de una obligación de pagar el total de la deuda por parte de un juez. Sin embargo, también se explicó que existe otro obstáculo para encarar un nuevo acuerdo. La “ley cerrojo”, que establece en su artículo cuarto: “Prohíbese ofrecer a los tenedores de deuda pública que hubieran iniciado acciones judiciales, administrativas, arbitrales o de cualquier otro tipo un trato más favorable que a aquellos que no lo hubieran hecho”.
“Dijeron lo que podían decir en el marco propio de una situación de crisis”, relató uno de los legisladores que presenciaron la reunión, en respuesta a las críticas opositoras por la falta de definiciones sobre la estrategia a seguir. En medio del encuentro se conoció el llamado de Griesa a los abogados argentinos, y el oficialismo anticipó su disposición a asistir para establecer las gestiones posibles, dentro de los límites que se habían señalado. Desde la UCR plantearon si el kirchnerismo va a necesitar la intervención del Congreso en el tema, teniendo en cuenta que, en el caso de que fracasen las gestiones con Griesa, se busque cambiar el lugar de pago para los acreedores que ingresaron al canje. En ese caso, debería emitirse un nuevo bono, lo que requiere aval parlamentario. Por el momento, la participación parlamentaria en el complejo tema de la deuda, terminó ayer.
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