Desde Santa Fe

El Tribunal Electoral comenzó ayer el escrutinio definitivo de las elecciones del domingo en un clima cambiante y por momento tenso, con pleitos y discusiones subidas de tono entre los fiscales del PRO y el Frente Progresista. Con el correr de las horas la situación ganó tranquilidad aunque aumentó el estrés político cuando los seguidores de Miguel Torres Del Sel pedían la apertura de urnas, con suerte dispar. Sin embargo, las asperezas marcaron cierto contraste con el resultado final de la tarea: en la primera jornada, se habían escrutado más de 800 mesas de los departamentos Belgrano, Caseros y Castellanos, que demandó la apertura de sólo 14 urnas por diferencias en los números. En ese universo, había más de 20 mesas (sobre 347 en toda la provincia) que no fueron informadas en el escrutinio provisorio porque el Tribunal desestimó los telegramas.

El rechazo del Tribunal al “recuento voto a voto” cayó pésimo en las fuerzas políticas que lo habían pedido. Uno de los jueces, Daniel Acosta, dijo que el criterio para la apertura de urnas era “amplísimo”, pero ayer recién se lo aplicó avanzada la mañana. El presidente de la Corte Suprema, Roberto Falistocco, no dio la cara ni bajó hasta las mesas escrutadoras, así que la resolución de los litigios quedó a cargo de los otros dos vocales, Acosta y Norah Echarte.

Al cierre, se habían computado 219 mesas del departamento Belgrano, 208 de Caseros y se apuraba el recuento de las 414 de Castellanos. El saldo incluye 22 mesas excluidas en el escrutinio provisorio: cuatro de Belgrano, otras tantas de Caseros y de Castellanos.

Uno de los cruces involucró a un apoderado del Frente Progresista, Eduardo Nini, y a su colega del PRO y candidato a diputado provincial, Sebastián Mastropaolo. Nini le reprochó en voz alta: “No te corresponde tener la tarjeta (de acreditación) porque no sos legalmente apoderado del PRO”. “¡Vamos a la Secretaría! ¡Vení, vamos arriba! ¿Querés que te haga la denuncia?”, le advirtió.

Nini parecía molesto porque a su criterio los fiscales del PRO estaban “agresivos” y querían “ensuciar (el escrutinio) porque está la televisión”. Muy cerca, había un equipo del canal de cable TN.

Otro fiscal socialista increpó a Mastropaolo. “Ustedes me están amenazando”, se defendió el del PRO. “¿Vos dijiste que había un robo?”, le reprochó el que lo increpaba.

La pelea se produjo en el medio de dos diferencias por dos urnas de la ciudad de Rafaela. La primera, porque la fiscal de PRO advirtió que se había entregado un juego de boletas a un ciudadano que no estaba en el padrón, pero después, el presidente de mesa anuló los votos, que no ingresaron a la urna. En la segunda, alguien votó dos veces en la categoría gobernador porque había 287 votantes y 288 votos. “No sabemos si fue un error o nos metieron un voto en la urna”, dijo la diputada Gisella Scaglia y plantó la duda: “Si fuera así” y se repitiera de manera sistemática, “serían 7500 votos de diferencia”. “Es raro, hay un voto más y debería haber la misma cantidad que votantes”, agregó. Ya se sabe que las mesas no se anulan aun cuando hubiera hasta cinco votos más o menos que votantes.