EL PAíS › EL SENADO PEDIRA NO VOTAR EN CONTRA DE CUBA

Proyecto para abstenerse en la ONU

Por Eduardo Tagliaferro
y Felipe Yapur

El gobierno de Eduardo Duhalde podrá probar dentro de pocos días si su oído está atento a las recomendaciones y definiciones del principal elector que lo llevó a la Casa Rosada: el Congreso Nacional. La Comisión de Relaciones Exteriores del Senado aprobó esta semana un proyecto, que seguramente el jueves será apoyado en el recinto, por el que se le recomienda al Ejecutivo abstenerse de votar en contra de Cuba en la próxima reunión del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
La comisión parlamentaria decidió unificar en un proyecto del senador Eduardo Menem una larga lista de iniciativas tendientes a reclamarle al gobierno la abstención en el habitual cónclave anual de la ONU donde los Estados Unidos suelen poner en juego todo su poder de lobby para obtener un voto de condena contra Cuba. Detrás de esa sanción, el imperio suele buscar el respaldo político que justifique el bloqueo comercial que desde hace más de 40 años le impone a los cubanos.
El proyecto presentado por Menem reclama la abstención argentina “hasta tanto no se levanten los embargos, bloqueos y sanciones económicas contra Cuba”. El año pasado el riojano había intentado sin éxito que una medida similar fuera votada sobre tablas. En aquella ocasión su moción no obtuvo los dos tercios necesarios para su aprobación. Este año varios legisladores se manifestaron en línea con la abstención. Así dan cuenta de ello proyectos presentados por los senadores: Vilma Ibarra, Raúl Alfonsín y Eduardo Moro. Otro tanto ocurre en Diputados con las iniciativas del peronista santafesino, Jorge Obeid, el duhaldista José María Díaz Bancalari, el socialista Rubén Giustiniani, el radical Carlos Iparraguirre y José Vitar del Frente Grande.
Luego de tener despacho de comisión, el proyecto necesita, para ser aprobado, del respaldo de una mayoría simple en el recinto. Es decir, tener el voto favorable de la mitad más uno de los presentes. Por el peso político de los senadores que ya apoyaron la medida, todo indica que tendrá un voto positivo. De la comisión de relaciones exteriores del Senado, además de Menem, que es su presidente, participan Alfonsín, Carlos Maestro, titular de la bancada radical, la bonaerense Mabel Muller, de muy buena llegada a Duhalde, Cristina Fernández de Kirchner y el vicepresidente del Senado, el salteño Marcelo López Arias, entre otros.
Manteniendo una posición que lo llevó a diferenciarse de su hermano Carlos, el senador Menem condenó el “creciente aislamiento del conjunto mundial” al que somete a Cuba el bloqueo norteamericano. El mayor de los Menem viene sosteniendo esta postura desde el año 83. No se corrió de ella cuando su hermano llegó a la Presidencia y hasta lo llevó a una reunión de gabinete. Días antes de que Fernando de la Rúa fuera eyectado en helicóptero de la Rosada, el senador había reclamado la pronta designación de un embajador argentino en La Habana. “Me ganaste de mano, Eduardo”, fue en aquella ocasión el comentario que Alfonsín le hizo al riojano.
Buscando ayuda económica y en un segundo acto de las relaciones carnales iniciadas por Carlos Menem, al igual que en otros temas, en este la Alianza también continuó sus pasos y se sumó al bando comandado por los Estados Unidos. Durante el primer año de su bochornosa experiencia en el gobierno, De la Rúa tomó a todos por sorpresa y decidió en soledad. La misma que hoy lo rodea en su bucólica quinta de Pilar. Al año siguiente hizo del tema una cuestión de orgullo patriótico, rechazó la propuesta de Alfonsín y de Chacho Alvarez de tener una posición común con los países del Mercosur y terminó rendido a las plantas de la bota yanqui.
“Resulta necesario que Argentina sostenga una posición propia”, relató a Página/12 la senadora porteña Vilma Ibarra. La legisladora reclamó “la integración con el Mercosur al momento de votar” y apeló a “la solidaridadn con cualquier pueblo que se vea hostigado por restricciones como el bloqueo económico”.
Además de mostrarse en línea con el Parlamento, Duhalde tendrá oportunidad de demostrar si, como declama, está dispuesto a tener una política de acercamiento con Brasil. El gran socio del Mercosur viene absteniéndose año tras año, cuando en la ONU se debate el tema de Cuba. Claro que Duhalde también podrá demostrar si tiene controlada la interna en su gabinete. Su canciller y ex delfín ya adelantó a través de Martín Redrado, su vicecanciller económico, que está dispuesto a marcar el paso estadounidense.

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