Por Diego Schurman y Martín Piqué

A diez mil metros de altura, mientras regresaba de El Calafate en el Tango 01, Néstor Kirchner confirmó su asistencia a la XIII Cumbre Iberoamericana que se iniciará hoy en Bolivia. El viaje había sido puesto en duda, pero el Presidente no sólo decidió participar sino que además agregó a los encuentros protocolares varios otros de tipo informal, como el que mantendrá con el líder indígena Evo Morales.
No está claro si lo convenció Rafael Bielsa –el canciller siempre sostuvo la necesidad de evitar el faltazo– o fue una decisión propia, lo cierto es que Kirchner aterrizará esta tarde en Santa Cruz de la Sierra con una agenda cargadísima.
Fuentes oficiales informaron que se confeccionará un documento conjunto con el objetivo de fortalecer institucionalmente al gobierno de Carlos Mesa, el presidente boliviano que busca calmar las aguas del aún convulsionado país. Antes de la caída de Gonzalo Sánchez de Lozada, el pasado 17 de octubre, hubo incesantes marchas de protesta y la represión dejó un saldo de más de 80 muertos.
Las prédicas en busca de un “equilibrio social” en la región se trasladarán al papel a través de la “Declaración de Santa Cruz - La inclusión social, motor del desarrollo”.
Se conocerá también una propuesta de condonación de la deuda externa boliviana, estimada en 800 mil millones de dólares. En ese sentido, habrá mensajes hacia el Fondo Monetario Internacional y los Bancos Mundial e Interamericano de Desarrollo para que apoyen las políticas de desarrollo y eviten una crisis similar a la que atravesó Argentina en 2001.
“Algo interesante de este año es que, a propuesta de España, hay un párrafo dedicado especialmente a Bolivia donde se apoya su proceso democrático, la gestión del presidente Mesa y se nos felicita a los bolivianos por mantener el estado de derecho y de democracia”, dijo el secretario pro tempore de la Cumbre, Gonzalo Montenegro.
Kirchner buscará fortalecer a Mesa en dos movimientos. Uno, con su sola presencia. Hay que recordar que la intervención del presidente argentino, junto a la de su par brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva, colaboró en la estabilidad institucional boliviana.
Por otro lado, se espera que una nueva intervención, ya en el propio país vecino, sirva para prolongar la tregua. La posibilidad de una reunión con Morales, en el marco del Encuentro Social Alternativo que se hará en forma paralela a la cumbre, tendrá esa finalidad.
No será ésa la única “foto bilateral” que se traerá Kirchner. Está prevista una clásica, con Lula, otra con los presidentes Alejandro Toledo, de Perú, y Hugo Chávez, de Venezuela. Hay un tema pendiente con ese país por la exportación de porotos negros.
De todos modos, la polaroid más importante será la que logre con el chileno Ricardo Lagos. Ambos analizarán personalmente el caso de espionaje en el consulado argentino de Punta Arenas (ver aparte).
Los otros temas, en los que se prevén álgidas discusiones, y que serán ejes de la cumbre, son la relación Mercosur-Estados Unidos, la Organización Mundial de Comercio y el tratado bilateral con México.
En la cumbre participarán 18 jefes de estados americanos, además de los de España y Portugal. Cuba, por su parte, estará representado por el vicepresidente Carlos Lage, ya que Fidel Castro decidió no viajar a Santa Cruz de la Sierra. Lage será testigo de una exhortación a los Estados Unidos para que ponga fin al embargo comercial sobre la isla. Ese reclamo también lo oirán el secretario general de la ONU, Kofi Annan, y el titular de la OEA, César Gaviria.