En el legajo de cuarenta y dos trabajadores de YPF víctimas del terrorismo de Estado ya no figuran los términos encubridores “cesanteado” o “renunciante” o “fallecido” como explicación del cese de su relación laboral con la empresa. Desde ayer, en los archivos de la petrolera estatal se leerá su verdadera condición de “detenido-desaparecido”, gracias a una investigación conjunta del Conicet, la Secretaría de Derechos Humanos, la Comisión de Trabajo por la Restitución de Nuestra Identidad y la propia YPF. A manera de homenaje, las autoridades de la compañía entregaron a los familiares de las víctimas sus legajos restituidos, en los que figura que “la verdadera causa de baja fue la desaparición forzada o asesinato, como consecuencia del accionar del terrorismo de Estado”.

“Este es un reconocimiento justo para un grupo de ypefianos que, aunque podría ser pequeño, es enorme para estas familias que buscan restituir su historia”, afirmó el presidente de YPF, Miguel Galuccio, durante el acto de reconocimiento a las víctimas y sus familiares.

Ayer, YPF anunció la restitución de los legajos de 20 trabajadores que figuraban en el Archivo Nacional de la Memoria como desaparecidos pero que, para sus papeles internos, aún eran considerados cesanteadas, suspendidos o despedidos, y que se sumaron a otros 22 legajos reparados en el marco del decreto que establece la restitución de los legajos de empleados estatales desaparecidos.

Dos copias certificadas de cada legajo reparado fueron entregados a los familiares y al Archivo Nacional de la Memoria, lo que constituye “un gran primer paso para profundizar investigaciones sobre el terrorismo de Estado que todavía están en la oscuridad” afirmó en diálogo con Página/12 el investigador del Conicet Santiago Garaño, coordinador del proyecto.

Para conformar el cuerpo de siete mil fojas que recupera la historia de los trabajadores de YPF, Garaño y el equipo gubernamental recorrieron el país en busca de documentos y de testimonios de los familiares. Así se pudo saber que de los 42 trabajadores desaparecidos, 22 trabajaban en la refinería de La Plata y siete en la refinería de Cutral-Có, Neuquén; seis lo hacían en la Ciudad de Buenos Aires; dos en Córdoba; uno en San Lorenzo, Santa Fe; dos en Mendoza y dos en Salta.

“Muchos familiares nos contaban que era muy duro encontrarse con que su padre o su tío figuraran como que habían dejado de trabajar o habían renunciado a la empresa, cuando habían sido arrancados de su trabajo, habían ido a trabajar y se los llevaron detenidos”, relató a Garaño a este diario.

Los familiares fueron homenajeados por la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; el ministro de Economía, Axel Kicillof; el secretario de Derechos Humanos, Martín Fresneda, y el propio Galuccio. “Este homenaje es un acto de justicia de una empresa que forma parte central de este país”, afirmó Fresneda durante el acto.

Informe: Matías Ferrari.