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Ni la final del Mundial del Fútbol de Brasil ni un Boca-River ni el comienzo de temporada de Showmatch: ninguno de esos eventos –que se suponen atrapan a la mayor cantidad de familias argentinas frente al televisor– alcanzó la audiencia que tuvo la transmisión del debate presidencial el último domingo. Si se suma el rating total de las once señales, entre canales de TV abierta y de cable, que emitieron el cara a cara entre Daniel Scioli y Mauricio Macri, se concluye que el promedio de esa mega cadena nacional fue de 54,75 puntos, según los datos suministrados por la consultora Ibope. El pico de la transmisión en simultáneo de Argentina Debate fue de 58,21 puntos, a las 22.26 de la noche del domingo, momento en que los candidatos expresaban sus palabras finales, tras poco más de una hora y cuarto del pautado pero atractivo intercambio de ideas, propuestas, críticas y chicanas.

La sumatoria de excepcionalidades que rodean a la elección del domingo próximo convirtieron al debate en un evento sumamente atractivo. Al hecho de ser la primera elección presidencial de la historia argentina que se definirá por medio del ballottage, se le sumó la posibilidad de que –también de manera inédita– los candidatos en carrera a la presidencia discutieran entre sí sobre economía, educación, seguridad e instituciones. Estas dos situaciones atípicas despertaron una expectativa nunca antes vista en una buena parte del electorado. Además, claro, entre las 21 y las 22.30 del domingo los televidentes no tenían ninguna otra opción para ver: la transmisión del debate producido por la Cámara Argentina de Productoras Independientes de Televisión (Capit) fue emitida por todos los canales de TV abierta (América, TV Pública, el 9, Telefe y El Trece) y por la totalidad de las señales informativas locales (TN, C5N, Crónica TV, Canal 26, América 24 y CN23).

Esa megatransmisión, a la que las emisoras no podían modificar de ninguna manera, tuvo un promedio final de 54,75 puntos entre todos los canales. La audiencia corresponde únicamente a la medición que Ibope realizó en la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, lo que equivale a que en esa zona del país el debate fue visto por 4.121.650 personas. Para dimensionar semejante rating, simplemente basta con señalar que el contrapunto mediático entre Scioli y Macri logró superar en alrededor de 2 puntos a la transmisión de la final de fútbol que disputaron Argentina y Alemania en el Mundial de Brasil 2014. En aquella oportunidad, el acontecimiento más importante del deporte más popular del país, había tenido un promedio de rating de 52,77 puntos, entre la audiencia acumulada en la TV Pública y TyC Sports, las dos señales que emitieron la final perdida por el seleccionado de Alejandro Sabella.

La mayoría de los televidentes que vieron en vivo y en directo el debate presidencial decidieron seguirlo por la TV abierta, que acaparó el 41,95 puntos del total promediado. La pantalla de El Trece, con un promedio de 17,8 puntos, fue la más elegida, seguida de la de Telefe (11,3), la TV Pública (6,1), América TV (3,9) y Canal 9 (2,8). Por su parte, los televidentes-ciudadanos que siguieron las instancias del debate moderado por Rodolfo Barili, Luis Novaresio y Marcelo Bonelli sumaron los restantes 12,80 puntos, que se repartieron entre las seis señales informativas nacionales que transmitieron el evento. A estas impresionantes cifras habría que sumarle las audiencias que alcanzaron Telesur, CNN en español y 360TV, emisoras que también emitieron el debate en vivo y en directo, pero que no fueron medidas por Ibope.

La transmisión en simultáneo por las 14 señales, entonces, tuvo como resultado la audiencia más importante de la TV argentina desde el partido que por los cuartos de final del Mundial de Alemania 2006 disputó la selección nacional con la alemana, que promedió 59,8 puntos (33,8 puntos en El Trece y 26 en Telefe). Habría que analizar, en todo caso, si además de haberse tratado de un acontecimiento televisivo masivo, el debate logró cumplir con su principal finalidad: constituirse en una herramienta informativa más para que los ciudadanos decidan su voto.