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Argentina y Colombia llegan a Barranquilla con procesos que tienen algunas similitudes y varias diferencias. Por eso el partido de hoy tiene particular trascendencia para ambas selecciones. El equipo de Martino debe traerse los tres puntos si no quiere agrandar aquellos fantasmas que señalan que cuando el equipo tuvo un arranque tan flojo en puntos se quedó afuera del Mundial, como sucedió en 1970, cuando sumó apenas tres unidades sobre nueve posibles. Quienes contradicen esta posición de pesimismo extremo afirman que sólo se llevan jugadas tres fechas de un certamen que se completa con dieciocho. ¿Y el empate? No aparece como un buen negocio si se auscultan los parámetros estadísticos y se atienden las declaraciones de los jugadores, que hablan del partido de hoy como la oportunidad para el despegue, en el nivel de juego y también en el lugar en la tabla de posiciones.

Si los dirigidos por Pekerman resultan triunfadores mandarán al baúl de los recuerdos los cuestionamientos que tuvieron tras el flojo debut en las Eliminatorias con el 1-0 sobre Perú y la goleada 3-0 que les propinó Uruguay. Las explicaciones a los pobres rendimientos hallaron en las ausencias el motivo justo, sobre todo porque a Colombia le faltó James Rodríguez, hoy su as de espadas. La actuación del martes frente a Chile, más que nada en el segundo tiempo, hizo creer que esa relación lesiones-rendimiento era razonable.

Una similitud se da en el entorno político que viven tanto la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) como la Federación de Fútbol Colombiana (FFC). Por el lado de Argentina, es conocido el proceso político que se abrió en la AFA luego de la muerte de Julio Grondona. Tras idas y venidas, se convino en ratificar a Luis Segura y llamar a elecciones, que serán el 3 de diciembre. Y los candidatos, Luis Segura y Marcelo Tinelli, tuvieron posturas bien disímiles respecto de la permanencia de Martino. El primero ratificó su continuidad para las Eliminatorias y, si clasifica, hasta el Mundial de Rusia. El conductor y empresario guarda silencio, aunque su entorno asegura que su perfil de técnico no concuerda con el del Tata.

En cuanto a Colombia, trascendió que Pekerman sintió el impacto de la renuncia del presidente de la FFC, Luis Bedoya. Incluso se llegó a especular con su renuncia, a partir de informaciones que refirieron que el ex directivo era el principal sostén del entrenador, quien no tendría una buena relación con las actuales autoridades de la máxima entidad del fútbol cafetero, aunque algunas fuentes sostienen que no hay tal mala relación, sino que el ex técnico de Argentina vuelca grandes esfuerzos en blindar a su grupo de toda la problemática dirigencial.

Tanto en Argentina como en Colombia han pesado las bajas. A Martino no lo ayudaron las lesiones. Primero perdió a Messi, el mejor jugador del mundo, ni más ni menos. Después se cayeron Agüero, Zabaleta, Garay... y hace una semana, Tevez y Pastore. Como se ve, Argentina está herida en su poder ofensivo. Y para muestra basta el botón de que la Selección consiguió su primer gol en este certamen recién en la tercera fecha, ante Brasil.

Pekerman recuperó frente a Chile a James Rodríguez, una pieza fundamental en su estructura. Sin duda, el jugador del Real volverá a ser hoy el cerebro en ofensiva.

Finalmente, Martino y Pekerman coinciden en su idea futbolística. Eligen jugadores de buen pie, construyen a partir de la tenencia de la pelota, sus marcadores de punta tienen vocación ofensiva, intentan presionar alto para contragolpear y sorprender, los extremos son muy veloces. La diferencia más notoria puede pasar por la búsqueda por arriba. Para Colombia es un arma importante, Argentina la utiliza poco.

Hoy Argentina y Colombia no jugarán un partido más. Martino y Pekerman, en menor medida, ponen también en juego su estabilidad.