EL PAíS
Que las disculpas inglesas sean a toda la humanidad
Alberto Fernández criticó que el Reino Unido hubiera usado en la guerra de Malvinas barcos dotados de armamento nuclear por su peligrosidad y el eventual daño ecológico, y dijo que la Argentina espera más información.
El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, sostuvo que Gran Bretaña “debe pedir disculpas, no sólo a la Argentina, sino también a la humanidad”, por haber enviado barcos con armamento nuclear a la Guerra de Malvinas, en 1982. De esta forma, el Gobierno siguió adelante con su intención de amplificar todo lo posible la información conocida esta semana, desmentida sólo a medias por el Ministerio de Defensa inglés. La ofensiva, hasta ahora, no conmovió al Foreign Office. El encargado de América latina en el Reino Unido, Bill Rammell, aseguró que la negociación de la soberanía de las islas con la Argentina no figura en los planes del primer ministro Tony Blair.
El presidente Néstor Kirchner ya había calificado el episodio de los barcos con armamento nuclear en aguas argentinas como “muy lamentable”, además de adelantar que Inglaterra “nos tiene que pedir disculpas”. Alberto Fernández retomó ayer el argumento y lo elevó a nivel planetario. La Casa Rosada anticipó que planea presentar una denuncia ante los organismos internacionales, algo para lo que Fernández reveló ayer que “hace falta más información que estamos esperando”.
“La primera información nos intranquilizó mucho. A uno, que recuerda aquellos días aciagos de 1982, le preocupa mucho y lo atormenta pensar que hubiesen existido esas armas nucleares en esa contienda”, sostuvo el jefe de Gabinete. Y agregó: “En el siglo XX, una presencia de armas nucleares es algo que no concibe la racionalidad humana”. El temor que existe es que una de estas armas se encuentre en los barcos hundidos durante la guerra y pueda ocasionar un desastre ecológico.
El designado embajador argentino en Colombia, el ex jefe del Ejército Martín Balza, también opinó sobre el tema, del que conoce bastante ya que combatió en la guerra y acaba de sacar un libro contando su experiencia allí. “Es muy difícil creer que los barcos hundidos no tengan armas nucleares”, sostuvo Balza. Además, señaló que la noticia “no me ha sorprendido puesto que en su momento algunos semanarios alemanes y posteriormente en 1984 algunos diputados ingleses lo habían comentado”. Y recordó que ya está probado que algunos de los barcos británicos transportaban trotyl, que también es radiactivo.
El gobierno argentino calcula conseguir una buena repercusión internacional por la noticia, algo que espera que beneficie al país en su peregrinaje por los organismos internacionales esgrimiendo los reclamos históricos sobre el archipiélago. Sin embargo, la administración británica hasta ahora no ha dado muestras de cambios en su postura. El Ministerio de Defensa inglés ensayó una explicación enrevesada. Dijo que envió las naves con las armas WE177 porque no había habido tiempo de desmontarlas, pero que habían conseguido transferirlas a otros barcos que estaban volviendo antes de que la flota ingresara en el Atlántico Sur.
“No habrá negociaciones sobre la soberanía”, descartó, tajante, Bill Rammell. El funcionario británico encargado del área de América latina sostuvo que la posición de Blair en ese sentido ha sido “muy clara”. Rammell le dio una entrevista al diario La Tercera, de Chile, durante una visita de tres días a la capital trasandina. Uno de los puntos en los que se detuvo fue la posibilidad de que se inaugure una línea de vuelos directos entre las islas y Argentina. Hasta ahora, los vuelos al archipiélago los realiza Lan Chile. “Entiendo las preocupaciones de Argentina sobre viajes directos a las islas, pero quiero dejar claro que cualquier acuerdo sobre este tema o cualquier otro, debe tener el apoyo de los isleños”, expresó Rammell.