Tres de los hijos del empresario de la obra pública Lázaro Báez están citados para hoy a indagatoria, en función del hallazgo de cinco cuentas bancarias en Suiza donde se habrían depositado al menos 25 millones de dólares, en las que figuraban o eran beneficiarios. Martín, Leandro y Melina Báez deben presentarse por la mañana y el jueves será el turno de Luciana. El juez Sebastián Casanello, a instancias del fiscal Guillermo Marijuán, los citó como sospechosos en base un informe que recibieron de la Unidad de Información Financiera (UIF) que reveló la existencia de las cuentas y el flujo del dinero. El organismo antilavado hasta llegó a pedir la detención de los jóvenes, pero ayer sorprendió con la advertencia de que la información que proporcionó no se puede usar en “carácter de evidencia” sino con fines de inteligencia. Fuentes judiciales señalaron que el valor de la prueba es una decisión del juez.

El argumento de que la información de la UIF carece de valor probatorio, fue planteado por varios de los imputados, que pidieron la nulidad de sus indagatorias, pero Casanello rechazó esas presentaciones. Cuando le solicitó al organismo, que conduce Mariano Federici, que le aporte documentación que respalde los datos notificados por Suiza, la respuesta fue que la información entregada al juzgado era “únicamente con fines de inteligencia no permitiendo su incorporación como prueba en este proceso judicial”. “No es posible acceder a lo peticionado sin poner en riesgo todo el sistema de información nacional, comprometiendo la responsabilidad del Estado Argentino frente a organismos internacionales. La información puede ser fácilmente acreditada a través del diligenciamiento de los exhortos diplomáticos” a Panamá, Suiza y Uruguay, por donde se canalizó el dinero. En rigor, esos exhortos ya habían sido enviados.

Entre los hijos de Báez, Martín, ya está procesado por lavado de dinero: era una de las personas que aparecía contando plata en la financiera SGI en una filmación que llevó a que diera un vuelco este año el expediente. Estaba junto con el contador Pérez Gadín, el hijo de éste, y otras personas vinculadas a la financiera. Aun antes de estar imputado, Leandro Báez inició una estrategia por separado, con la primera recusación planteada contra el Casanello, y representado por abogados propios. Los otros dos hermanos lo seguirían a él.

En otro orden de cosas, el juez les pidió a la secretaría de Vivienda y al INTA que hagan una propuesta para darles un fin social a todos los inmuebles y propiedades ociosos que fueron detectados como parte del patrimonio de los Báez, entre ellos, un complejo de cabañas que no están en uso y grandes extensiones de tierra.