Jueves, 20 de octubre de 2016 | Hoy
EL PAíS › POLEMICA EN DIPUTADOS POR EL PARO CONTRA LA VIOLENCIA MACHISTA
Con el apoyo del massismo y otros aliados, el oficialismo impuso en una ajustada votación su postura de no suspender la sesión. El kirchernismo, la izquierda, Libres de Sur y las diputadas del Bloque Justicialista adhirieron a la protesta.
Por Miguel Jorquera
La mitad del recinto quedó vacío. Antes, una disputa caliente por la adhesión o no de la Cámara de Diputados al paro de una hora de las mujeres contra la violencia machista se saldó cuando la alianza Cambiemos con el respaldo del Frente Renovador impuso en una ajustada votación (110 votos en contra del paro, 105 a favor y 1 abstención) su postura de seguir sesionando. Fue entonces cuando el bloque del Frente para la Victoria (FpV), el Peronismo para la Victoria (PpV), el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), Libres del Sur (LdS) y solo las diputadas del Bloque Justicialista (BJ), abandonaron el recinto, salieron fuera del Congreso y por unos minutos cortaron la avenida Rivadavia, tras lo cual se reagruparon en el salón de los Pasos Perdidos y una vez finalizado el paro, a las 15, volvieron a sus bancas. Cambiemos, el massismo y un puñado de bloques más chicos hicieron un minuto de silencio.
Apurado y preocupado por la reforma electoral, el oficialismo se aferró a las restricciones que impuso en la reunión de Labor Parlamentaria para ceñir la adhesión a la convocatoria impulsada por el colectivo Ni Una Menos a un minuto de silencio en el recinto. Pero el FpV volvió a abrir el debate reclamando una votación nominal con el respaldo de otros bloques. El radical Mario Negri, en nombre del interbloque de Cambiemos, invocó el “acuerdo” de Labor Parlamentaria y sostuvo que “nos parece una enorme pequeñez venir a competir a ver quién arrebata primero para ver si el dolor puede ser capitalizado”. “Es absolutamente estúpido, chiquito y mezquino que estemos en esta situación. Por eso vamos a votar en contra”, agregó en tono efusivo.
“Presidente, esto es kafkiano”, intervino la massista Graciela Camaño. “Que vengan a decir que nos plegamos a un paro para salir a marchar a la calle… Es inaceptable lo que se acaba de proponer y votamos en contra”, agregó para plegarse a la negativa oficialista.
“Me parece que hay que cuidar las palabras: no somos ni mentirosos, ni chicaneros, ni estúpidos, y quiero decir que si vamos a referir con tanto dolor a lo que está pasando fuera del recinto, tiene que haber muchísimo respeto dentro del recinto”, replicó la diputada kirchnerista Teresa García.
La diputada Myriam Bregman (FIT) también defendió la propuesta de parar y le contestó a Negri: “Tengo nombre y apellido y es una actitud machista no nombrarme por ellos cada vez que se refiere a mí”, dijo Bregman ante las reiteradas veces que Negri solo la menciona como “una diputada del bloque de izquierda”.
La chaqueña Sandra Mendoza fue más directa sobre Negri. “Me tiene repodrida que nos grite”, arrancó. “Lo violento que son sus dichos… No solo él, hay otros, pero realmente este hombre no puede representar a un hombre (sic). ¡Estoy diciéndole a usted que es un violento, un misógino!”, disparó.
Cambiemos y sus aliados se impusieron ajustadamente en al votación. Y quienes proponían el paro abandonaron el recinto. Negri entonces le contestó a Mendoza. “No ofende el que quiere, sino el que puede”, dijo el radical cordobés y agregó que “nunca pensé que los alaridos de Sandra Mendoza durante los últimos 5 años en esta Cámara tuviesen la intención de agredir a alguien; siempre pensé que tenían que ver con su personalidad. Y la escuchamos siempre”.
A las cinco de la tarde, las diputadas que propusieron el paro dejaron el recinto para plegarse a la marcha de Ni Una Menos en el Obelisco.
Poco después, un grupo de mujeres identificadas con el massismo, que desde pasado el mediodía esperaban en las puertas de la Cámara baja ingresar para apoyar la “paridad de género”, logró entrar al Congreso luego de denunciar “empujones y mal tratos”. La seguridad las frenó en las puertas del salón de Pasos Perdidos. La massista Claudia Rucci denunció el hecho en el recinto, pero la cobista Patricia Giménez –que presidía la sesión– les negó el acceso a las gradas vacías invocando los acuerdos previos. Desde el FpV se plegaron al reclamo de Rucci, y García agregó que “los maltratos se dieron dentro del Congreso” y los consideró “inaceptables”.
Para aplacar el entredicho con su principal aliado en Diputados, el presidente de la Cámara, el macrista Emilio Monzó, volvió al estrado y afirmó que habilitó el ingreso del grupo de mujeres –entre las que estaba Marcela Durrieu, suegra del líder renovador Sergio Massa– al Salón de los Pasos Perdidos. Pero Monzó dejó en claro que la política macrista es clausurar el acceso de los ciudadanos a las gradas del recinto para seguir el debate parlamentario.
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