EL PAíS
Los Rodríguez Saá suman al nuncio a su larga lista de adversarios
El nuncio apostólico viajó a San Luis para mediar en el conflicto entre la gobernación y la Iglesia. Quería visitar un hogar religioso. Pero el gobierno de Rodríguez Saá no se lo permitió. Hubo protesta en la plaza principal de la capital provincial.
Sigue la batalla entre la Iglesia y el gobierno de San Luis. El gobernador Alberto Rodríguez Saá parece dispuesto a jugar fuerte no sólo contra los municipales de la capital puntana, que anteayer protagonizaron incidentes al reclamar por sus salarios, sino también en este frente. El nuncio apostólico Adriano Bernardini arribó ayer a esa provincia para mediar en el conflicto y mantuvo reuniones con el obispo diocesano monseñor Jorge Luis Lona, pero no logró visitar el instituto de menores Colonia Hogar, intervenido por el gobierno provincial tras la expulsión de congregaciones religiosas. El gobernador, ateo confeso, fue repudiado por un grupo de laicos que se congregó por la mañana en la plaza Independencia, frente a la Casa de Gobierno, y rezó el Rosario bajo la atenta mirada de un centenar de policías.
La jefa del subprograma Familia Solidaria e interventora de la Colonia Hogar Mirta Mobellán desmintió que se le haya vedado el paso a Bernardini, tal como denunciaron los laicos. La funcionaria sostuvo que “nadie le ha impedido en absoluto ingresar a la Colonia Hogar”. Los laicos habían explicado a la agencia DyN que el nuncio no pudo acceder a ese edificio porque se lo impidió la custodia policial por “orden del gobierno”. Agregaron que Bernardini les dijo: “El rosario y la cruz son las armas más poderosas”. Estaba con ellos el padre Marcelo Carballo, a quien Rodríguez Saá denunció por el supuesto abuso de menores.
El Obispado señaló que hoy dará a conocer un comunicado de prensa para expresar la postura oficial sobre lo ocurrido. A mediados de enero, el gobernador sorpresivamente rescindió el convenio que vinculaba a los religiosos Terciarios Capuchinos Amigonianos con el gobierno provincial en cuatro institutos: Colonia Hogar, Hogar Materno-Infantil, San Vicente de Paul y Hogar del Niño. Luego los denunció por “incumplimiento” y los echó tras 20 años de tareas. Monseñor Lona, al conocer en aquel momento la medida de Rodríguez Saá, consideró que tuvo un “sentido claramente anticatólico” y que “agravió a la Iglesia”.
Aunque la denuncia de los laicos fue ratificada por el apoderado del Obispado puntano, Marcelo Shortrede, el hecho fue desmentido también por el ministro de la Cultura del Trabajo, Eduardo Gomina, que calificó a las acusaciones como una “infamia”. El funcionario aseguró que estuvo esperando al nuncio toda la mañana en la Colonia Hogar, para recibirlo oficialmente. “Nunca me enteré de que haya concurrido”, expresó Gomina según la agencia Télam. Monseñor Bernardini sí concurrió al seminario diocesano San Miguel Arcángel y a la Iglesia Catedral.
El representante del papa Juan Pablo II llegó por primera vez a la provincia desde que es nuncio apostólico, cargo al que accedió hace casi un año, en el último mes de administración de Eduardo Duhalde. Ayer se entrevistó con el obispo Lona para interiorizarse del funcionamiento de la diócesis y analizar el conflicto existente entre la Iglesia y el gobierno provincial. Como la visita tuvo carácter privado y eminentemente religioso, Bernardini no tomó contacto con las autoridades gubernamentales ni tampoco con los medios de comunicación. Por su parte, Lona dijo sentirse muy feliz por esta visita y destacó que Bernardini tuvo “una actitud amable y paternal, y actuó como una persona de gran contención para todos aquellos que se le acercaron con inquietudes”. Sin entrar en detalle, el obispo indicó que se le entregó al nuncio “un completo informe sobre la actualidad y la situación de la Iglesia en San Luis, con abundante documentación y grabaciones periodísticas”.