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La Cámara de Casación no resolvió ayer el conflicto creado en el juicio por el atentado contra la AMIA a raíz del apartamiento de los fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia. El Tribunal Oral resolvió el mes pasado marginar a los fiscales porque consideró que debían saber del pago ilegal que se le hizo al principal imputado, Carlos Telleldín, y ello le quitaba imparcialidad al accionar de los fiscales en el juicio oral. En concreto lo que dijeron los jueces es que Mullen y Barbaccia quedaban cuestionados por la sospecha y que cualquier pregunta que hicieran o cualquier intervención en el juicio no iba a estar sólo motivada por el objetivo de esclarecer si los acusados son culpables o no, sino también que iba a estar presente la intención de salvarse ellos de los cuestionamientos por el pago a Telleldín.
Tras la decisión del Tribunal Oral, Mullen y Barbaccia presentaron una apelación ante el máximo tribunal en materia penal, la Cámara de Casación. El objetivo es que los camaristas los restituyan en el juicio oral, algo que no resultará fácil por cuanto se considera que en un juicio oral la autoridad plena la tienen los jueces que están a cargo del juicio. Ayer, Casación tomó ese camino y le dijo a los fiscales que el primer paso de una apelación debe realizarse ante los propios jueces del tribunal oral. Por lo tanto, Mullen y Barbaccia deberán volver a presentar su apelación, pero ante Gerardo Larrambebere, Miguel Pons y Guillermo Gordo, quienes están a cargo del juicio. Se descuenta que los magistrados rechazarán la apelación, pero aceptarán que el recurso vaya hacia Casación. En ese momento, los camaristas seguramente se van a expedir.
El apartamiento de los fiscales ha provocado fuertes controversias, al punto de que la DAIA mencionó la cuestión en el comunicado que dio a conocer en Washington y en el que objetaba el reconocimiento que le iba a hacer –y finalmente le hizo– a Néstor Kirchner el Comité Judío Americano. La expectativa era que Casación desautorizara lo resuelto por los jueces del tribunal oral reponiendo a los fiscales en sus puestos. Eso no ocurrió, al menos hasta ahora.