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Entre los mensajes “encriptados” y las críticas indirectas que marcan el paso de la relación entre la Iglesia y el Gobierno también hay frases que no permiten dobles lecturas. Como la que utilizó ayer Guillermo Marcó, vocero del cardenal Jorge Bergoglio, para graficar el malestar eclesiástico ante la posibilidad de que Carmen Argibay llegue a la Corte Suprema: “Uno está bien, dos me parece que es excesivo”, señaló Marcó en alusión, primero, a Eugenio Zaffaroni, y, segundo, a Argibay, a los que se refirió como representantes de “sectores minúsculos”.
Las palabras de Marcó llegaron menos de 24 horas después del Tedéum por el 25 de Mayo en el que Bergoglio lanzó un duro mensaje en el que exigió “mayor diálogo” y criticó las “soluciones mágicas nacidas en oscuras componendas y presiones del poder”. Luego de la homilía en la Catedral metropolitana, en la que estuvieron el presidente Néstor Kirchner junto a todo su gabinete, en el Gobierno evaluaron positivamente los dichos del cardenal y consideraron que su destinatario era toda la dirigencia política.
“A veces el lenguaje de la Iglesia es muy encriptado, pero creo que, visto más en detalle, lo que se nos ha pedido en el fondo es un mejoramiento del debate y de su calidad y terminar con las confrontaciones estériles mediáticas que sirven de poco”, dijo el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, reafirmando la interpretación optimista hecha en la Rosada.
En medio de los análisis posteriores al Tedéum, Marcó incluyó en el debate uno de los temas sobre los que la Iglesia tiene tomada una postura más rotunda: la postulación de Argibay al máximo tribunal. “Me parece que ciertas designaciones van en contra de lo que el pueblo piensa, entonces cuando se buscan representantes del pueblo debería buscarse gente que no represente a un sector minúsculo”, dijo el vocero del Arzobispado de Buenos Aires en declaraciones radiales. “Si en todo caso –dijo– se representa a un sector minúsculo, me parece que ya hay una persona en la Corte Suprema que representa a esa gente, como el doctor Zaffaroni; de hecho la Iglesia, cuando se presentó a Za-
ffaroni, dijo ‘uno está bien, ya dos parece excesivo’.”
Desde que se conoció su postulación por parte del Gobierno para integrar el Superior Tribunal, Argibay despertó la oposición de la Iglesia, que apuntó sus objeciones a las expresiones de la jurista en favor de la despenalización del aborto. Marcó señaló que las declaraciones de la candidata sobre este tema “han tenido una alta dosis de imprudencia”.
El vocero de la arquidiócesis primada dejó en claro que su punto de vista coincide con la “opinión de juristas” sobre cómo deberían cubrirse las vacantes en la Corte. “De acuerdo a las ramas que tiene el derecho, sería interesante que se eligiera a otras personas que tuvieran otras capacidades, por lo menos eso es lo que dicen los juristas”, señaló.
De esta manera, el debate sobre la postulación de Argibay se sumó a las críticas deslizadas por la Iglesia en la Catedral, y se agrega a los pronunciamientos en contra de esta candidatura. En un comunicado emitido hace diez días, luego de la finalización de la asamblea anual en la que participaron todos los obispos del país, el Episcopado se había pronunciado nuevamente sobre el tema del aborto: “Es un crimen que mata al más indefenso de los seres”, expresó de manera rotunda.
En línea con el diagnóstico sobre la realidad argentina que hizo Bergoglio durante la homilía del 25 de Mayo, su vocero destacó que sin el diálogo reclamado con distintos sectores políticos “no se sale de la crisis”. “La clase política –dijo Marcó– sigue sin buscar soluciones de largo plazo, y me parece que es eso lo que la Iglesia reclama: no se puede gobernar para la tapa de los diarios.”

Informe: Alfredo Ves Losada.