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Por Diego Schurman *

Piedra libre
El jueves pasado se vio al hipermediático Mariano Cú-neo Libarona ingresar al edificio donde tiene las oficinas Carlos Corach. Nadie se explicaba por qué el abogado, recordado por su participación en el caso Coppola y sus visitas al programa de Mauro Viale, mostró tanta reserva y a la vez premura en reunirse con el ex ministro del Interior menemista. A no ser que Corach, tras ser involucrado en la causa AMIA, haya decidido contar con sus servicios.

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Desconcierto
Primero lo vio el legislador porteño Jorge Giorno, pero no estaba seguro. Después Aníbal Ibarra, y le pasó lo mismo. Dicen que además relojearon el juez Gabriel Cavallo y hasta el radical Rodolfo Terragno, y también se quedaron con la duda. Es que a todos les sonaba el tono y la cadencia que ese misterioso hombre denotaba al hablar. Hasta que finalmente el más indiscreto de los observadores develó el misterio: el enigmático personaje que a todos les costó reconocer era el ex funcionario menemista Jorge Asís, quien se despidió de sus llamativos bigotes (la foto, claro, es vieja) y desconcertó a los presentes como lo hubiera hecho Leonardo Favio sin su pañuelo en la cabeza.

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Color sepia
En un pleito iniciado en 1994, que desde hace tres años se encuentra radicado ante la Corte Suprema de Justicia contra el Estado Nacional, Oscar Spinosa Melo dio instrucciones a sus abogados, los doctores Jor-ge Bacqué, Osvaldo Zampini y Felipe Crespo, para que ahora lleven el caso ante el Tribunal Internacional de Costa Rica. El ex diplomático del gobierno de Carlos Menem asegura que, cuando el entonces canciller Guido Di Tella lo exoneró, ya se encontraba fuera de servicio activo, en situación de retiro y cobrando su pensión y que por lo tanto esa medida fue im-procedente.

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Devotos y devotos
En la planta baja de la Casa Rosada han convertido a Santoro en una eminencia. Y los trabajadores de los medios entendieron que no era para menos: el periodista recibió la última semana una distinción por sus investigaciones sobre hechos de corrupción. Pero rápidamente los devotos de Santoro que tiene el Gobierno aclararon para que no haya confusión que su ídolo no era el periodista Daniel sino el fotógrafo Chocho, quien se encarga de hacer los retratos de chicas ligeras de ropa de la contratapa de un diario, digamos, popular.

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Risueños
Fanático número uno de Cha, Cha, Cha, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, hace rato que eleva la queja entre sus íntimos ante la imposibilidad de visitar el restaurante del actor Alfredo Casero, a quien tiene como su máximo ídolo ya que reconoce que lo hace morir de risa. Por ahora deberá conformarse con los chistes de un tapado: su jefe de prensa, Fer-nando “Canario” Coradazzi, a quien sólo se le conocían sus dotes de guitarrista.

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Presentación
Los Juárez no es una nueva tira de Tinelli. Se trata del libro de Alejandra Dandan, Silvina Heguy y Julio Rodríguez sobre el poder hegemónico que ejerció el matrimonio de Carlos y Nina Juárez, los ex gobernadores de Santiago del Estero que hoy cumplen arresto domiciliario. La presentación se realizará este viernes a las 19.30 en Ecléctica (Serrano 1452), con la participación de los periodistas Martín Granovsky (Página/12) y Vicente Muleiro (Clarín) y el secretario de De-rechos Humanos de Santiago del Estero, Fernando Rinaldi.

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Nadie es profeta
en su tierra
Hace ya varios meses que el diputado duhaldista Alfredo Atanasof presentó su proyecto de reforma política en el cual plantea la eliminación de las listas sábana y fuertes controles a los gastos en publicidad durante las campañas electorales sin lograr siquiera que fueran considerados en la Comisión de Asuntos Constitucionales que preside el justicialista Manuel Urtubey. Sin embargo, esta iniciativa fue mejor considerada en el exterior, ya que la Unidad para la Promoción de la Democracia de la OEA y la Universidad de Nueva York lo invitaron a exponerla como panelista en el Foro de Moder-nización Parlamentaria que se desarrolló en la ciudad de México.