EL PAíS › DIPUTADOS DIO MEDIA SANCION A LA
DELEGACION DE FACULTADES SIN EL VOTO DUHALDISTA
Superpoderes para manejar el Presupuesto
El bloque del PJ votó disciplinado el Presupuesto 2005, con la excepción del artículo referido a la delegación de facultades al jefe de Gabinete, Alberto Fernández, para reasignar partidas. Algunos legisladores bonaerenses se rebelaron. La oposición lideró los cuestionamientos.
Por Eduardo Tagliaferro
Por primera vez importantes legisladores del duhaldismo, encabezados por la propia Hilda “Chiche” González de Duhalde, rompieron la disciplina del bloque justicialista de diputados en un tema importante para el Poder Ejecutivo. Así, los diputados delegaron facultades legislativas extraordinarias en el Ejecutivo para que éste pueda modificar el presupuesto 2005 pero la mayoría tuvo fisuras dentro del PJ.
La votación en general de la denominada ley de leyes no dejó lugar a dudas sobre la mayoría holgada con la que cuenta el peronismo: 147 diputados lo respaldaron, 81 votaron en contra y tan solo hubo una abstención. El punto más esperado tanto para los oficialistas como para los opositores era, sin duda, el artículo 11, uno de los tantos en los que se delega en el jefe de Gabinete la facultad de reasignar partidas presupuestarias. Esa votación, la de los superpoderes, fue la que más rechazos sumó. La votaron 132 diputados. En contra lo hicieron 87 y se abstuvieron 11.
El apoyo a la cesión de facultades incluyó un arco ecléctico de representaciones políticas. Entre ellos se encolumnaron los orgánicos del peronismo como José María Díaz Bancalari, el yerno de Eduardo Duhalde Gustavo Ferri, el tucumano Ricardo Falú, el kirchnerista Miguel Bonasso y la frepasista Nilda Garré.
En contra votaron los diputados santafesinos, incluidos los peronistas, los radicales, los socialistas, el ARI y la izquierda.
La particularidad la dieron los bonaerenses encabezados por “Chiche” Duhalde. Se abstuvieron ella y antiguos miembros del equipo de Duhalde en la presidencia como el ex jefe de Gabinete Alfredo Atanasof, la ex ministra de Trabajo Graciela Camaño, el ex número dos de la Secretaría de Inteligencia Oscar Rodríguez y el ex canciller Carlos Ruckauf.
Otro bonaerense, Juan José Alvarez, ex ministro de Justicia y Seguridad, directamente votó en contra.
También estuvieron los que abandonaron el recinto al momento de votar, como los duhaldistas Daniel Basile, que suele expresar con posiciones muy duras al ex presidente, y Marina Cassese.
La principal defensa de los superpoderes tuvo que esperar al cierre del debate. Estuvo a cargo del titular de la bancada, José María Díaz Bancalari (ver aparte). Para decir que no se trataba de atribuciones inconstitucionales, dijo que eran “las que les correspondía al jefe de Gabinete como tal”. Desde el propio oficialismo también se escucharon voces en contra de la delegación de facultades. El peronista porteño Gerardo Conte Grand las calificó de “innecesarias”. “La lealtad a una gestión de gobierno no impide poner en evidencia algunas cuestiones. Está en juego el innecesario eclipse del Congreso Nacional como poder del Estado. Está en juego la división de poderes”, dijo Conte Grand.
Otro de los que enunció su oposición fue el santafesino Oscar Lamberto, durante años titular de la Comisión de Presupuesto y ex secretario de Hacienda en el interregno de Duhalde. “No cambia nada si se cae este artículo. No se daña al Presidente, ni se debilita al jefe de Gabinete”, concluyó. Antes había dejado en claro lo insignificante que resultaba el debate. “Es un ejercicio intelectualmente inútil”, comentó que alguna vez le dijo Italo Luder cuando él le preguntó en una ocasión por qué no hablaba en el recinto.
El discurso opositor fue el dominante. Claro que al momento de votar el dominio lo tuvo la mayoría. En la primera jornada de debate la defensa del Gobierno estuvo a cargo de los transversales Miguel Bonasso y Daniel Carboneto.
“Cuando Enrique Pescarmona hace la apología del presidente Kirchner, queda en claro que el actual gobierno favorece a los grupos económicos concentrados que este empresario representa”, disparó el socialista Jorge Rivas. La diputada del Partido Intransigente Lucrecia Monteagudo reclamó la anulación del artículo 20, que asigna cuantiosos subsidios a las concesionarias de la actividad portuaria. “Si se quiere terminar con los ’90 no hay que seguir subsidiando a los beneficiarios de las privatizaciones.”
El bonaerense Mario Cafiero no tuvo éxito en lograr que se retirara de la redacción original el artículo 63, que ratifica la pesificación de Eduardo Duhalde en el 2002. Algo a lo que los radicales se sumaron. La radical bonaerense Margarita Stolbizer fue sin duda una de las que con mayor lucidez argumentó en contra de los superpoderes (ver aparte). Puso el acento en la falta de controles, en la gran cantidad de decretos de necesidad y urgencia firmados por el gobierno de Kirchner y también en los cuantiosos gastos en publicidad. No dudó a la hora de denunciar presiones a la prensa y también actos de censura. Lo hizo dando nombre y apellido.
El titular del ARI, Eduardo Macaluse, cuestionó “la falta de decisión política para mejorar la distribución del ingreso”. Recordó las denuncias de la Oficina Anticorrupción en la causa que se le sigue al ex menemista Raúl Granillo Ocampo. Lo hizo para demostrar con palabras del titular de la OA, el mecanismo por el que se giraba dinero a la Jefatura de Gabinete y desde ahí a la SIDE, para luego perderse en un agujero negro. “Este presupuesto fue escrito con el pico para los organismos internacionales que se suponen son unos tontos. Lo hacen pensando en que luego vendrán los palitos chinos”, concluyó haciendo referencia a las supuestas inversiones que vendrían desde Beijing. Afuera, en la calle, unos afiches simulando las cintas de peligro alertaban, sin firma: “Cuidado con el cuento chino”.