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Los trabajadores del subte retomarán hoy las medidas de fuerza, con un paro por la mañana, de seis a diez, y otro de cuatro a ocho de la tarde. El conflicto gremial entrará así en su tercer día de paros progresivos. Las negociaciones están estancadas desde el jueves, cuando Metrovías ofreció un aumento de sueldos que el cuerpo de delegados consideró insuficiente. Si la situación no se destraba, mañana la interrupción de los servicios pasará a ser de cinco horas por turno.
La posibilidad de un acuerdo parece difícil. La relación entre Metrovías y los trabajadores está muy tensa, con posiciones muy alejadas. El gremio reclama un aumento salarial del 53 por ciento, mientras que la empresa ofertó un 8. Como esa cifra debe absorber el incremento que el Gobierno otorgó por decreto, los delegados plantearon que el 8 por ciento en realidad les significaría un incremento de sólo el 1.
Tras el rechazo no hubo una nueva propuesta y el sindicato ratificó el plan de lucha, a pesar de que el Ministerio de Trabajo intimó a la empresa a “restablecer en forma inmediata las negociaciones” y al gremio a “dejar sin efecto” sus medidas.
Metrovías reclama al Gobierno que dicte la conciliación obligatoria, con lo cual la huelga debería levantarse mientras prosiguen las conversaciones. Sin embargo, la medida tiene el riesgo de agravar las cosas, porque el cuerpo de delegados adelantó que no la aceptaría. Ocurre que la discusión salarial viene desde el mes de noviembre sin que se haya llegado a una solución, y ya se cumplieron varios períodos de conciliación.
Así las cosas, la empresa y los trabajadores están dando una pelea por ganarse a la opinión pública. La pelea tuvo elementos poco comunes: el primer día de paro, Metrovías publicó una solicitada con los sueldos que paga. Aseguró en ella que el salario más bajo es de 1200 pesos. En respuesta, los boleteros mostraron recibos de sueldo por 681 pesos. Los trabajadores argumentaron que tienen derecho a una mejora salarial porque Metrovías es una compañía “superproductiva” en la que “los directivos cobran salarios exorbitantes, de 30 mil pesos por mes”.
Metrovías defendió los datos de su solicitada como correctos y desmintió a los boleteros (dijo que los recibos correspondían a gente que había cobrado anticipos por vacaciones). En medio de la polémica, un grupo de inspectores del Ministerio de Trabajo se presentó en la sede de la compañía y se llevó documentación para zanjar el tema. La discusión de fondo es cuáles son los márgenes de ganancia de la concesionaria que maneja el subte desde 1994. Como se sabe, la empresa se ocupa de hacer funcionar el servicio, pero no tiene a su cargo las inversiones de peso, ya que los trenes son comprados por el Estado nacional y la extensión de la red corre por cuenta del gobierno porteño.
Durante la jornada de hoy, los trabajadores repartirán a los usuarios volantes con una explicación sobre los motivos del paro y, según anticiparon, darán a conocer un listado de sueldos de los directivos.
“Queremos una discusión pública sobre cómo se maneja la concesionaria, porque el vicepresidente de Metrovías cobra un sueldo de 43 mil pesos mientras el Presidente de la Argentina gana 6 mil. Que la concesionaria enfrente la discusión sobre cuánto ganaron, cuánto recibe de subsidios y cuánto pagan de canon. Porque si las empresas que se han llevado toda la plata no dan aumento de salarios, no queremos saber qué va a quedar para el resto de los trabajadores”, dijo a Página/12 Roberto Pianelli, delegado de la línea E.
Consultado por este diario Raúl Ordóñez, vocero de Metrovías, desmintió que los directivos cobren sueldos de más de 30 mil pesos. “Es un disparate total, no existen esos salarios en la nómina”, aseguró. En cuanto a las denuncias de falta de inversión en seguridad, el portavoz agregó que “Metrovías hace todas las verificaciones necesarias para que el servicio se pueda prestar de una manera satisfactoria”. Hoy se sumarán a la escena las asociaciones de consumidores. Representantes de la agrupación Defensa de Usuarios y Consumidores (Deuco) dijeron que pedirán la intervención del presidente Néstor Kirchner para que se normalice la prestación del servicio, que es utilizado cada día por 900 mil pasajeros.
En una carta al Presidente, plantearán además que se investiguen las denuncias sobre los graves inconvenientes que presentarían las formaciones y las vías. Quieren que el Gobierno rechace, además, cualquier presión de la concesionaria para aumentar las tarifas.