EL PAíS › LA EMPRESA DICE QUE UBICO A BELTRAME EN EZEIZA A PEDIDO DEL PADRE

SW y los Beltrame se sacan chispas

La empresa dice que trasladaron a Walter Beltrame a un puesto en Ezeiza a pedido de su padre, ex jefe militar del aeropuerto. Así descargan sospechas hacia fuera. Los Beltrame contraatacan: aseguran que “el viaje de Walter a España fue una trampa”.

 Por Alejandra Dandan

En el 2002, Southern Winds sacó a Walter Beltrame del Aeroparque Jorge Newbery para colocarlo en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Ese año, la pequeña empresa de cabotaje de los dos hermanos cordobeses lanzaba sus primeros vuelos internacionales con destino a Madrid. En marzo del 2004, Walter ya había ascendido: pasó del puesto de supervisor a jefe de Pasajeros Frecuentes, ámbito desde donde atendía “a los clientes especiales”, una definición bastante laxa que acabó incluyendo a la supuesta pareja de narcos españoles detenida más tarde en España. Según un vocero de la aerolínea, lo pusieron en Ezeiza “a pedido de su padre”, es decir el ex jefe militar del aeropuerto. En medio de la contienda y el escándalo político desatado por el caso de las “valijas voladoras”, se abrió la polémica entre acusadores y acusados: allegados al muchacho, consultados por este diario, dicen que el chico entró “por su currículum”. Y agregan, de paso, que siempre “cumplió órdenes”, y que lo de España “es una trampa”.
En su estrategia judicial, SW intenta desprenderse del escándalo de las narco-valijas. El 5 de octubre presentó la denuncia judicial, que en diciembre terminó con el pedido de detención de tres empleados, entre ellos el hijo del comodoro Alberto Beltrame, cordobés como los Maggio y jefe militar de Ezeiza.
Hasta ahora habían descargado la decisión de contratar a Beltrame en el ex gerente comercial de SW, Fernando Arriete, detenido y procesado por presunto contrabando. A partir de la muestra de una serie de mails que presentaron en la causa, habían dejado establecido que “Arriete lo había pedido”, y “que Beltrame era su mano derecha en Ezeiza”.
Beltrame declaró el viernes pasado durante siete horas, después de permanecer 50 días como “prófugo”. Su declaración complicó bastante a la empresa. Aunque la causa permanece bajo secreto de sumario, se supo que el juez Carlos Liporace recibió “unos cien documentos de manos del muchacho”, tendientes a demostrar que las cuatro valijas con 60 kilos de cocaína no habrían sido los únicos envíos volantes de la compañía. En esa línea, la Policía Aeronáutica incorporó al expediente documentación de la empresa que redondea la cifra de los envíos volantes: según esas pruebas, las valijas enviadas desde el 2002 serían unas cien. Una línea que el juzgado de Liporace está investigando (ver aparte).
En su declaración, Beltrame descargó las responsabilidades de los envíos directamente sobre la empresa. Su abogada, María Estela Castelli, consideró tres argumentos ante la consulta de este diario:

1. Jerarquía: “Walter no tiene poder de decisión ni jerarquía para autorizar envíos que dependen de órdenes gerenciales”. La estrategia coincide con la de los otros dos detenidos. Deslindan la responsabilidad del despacho de equipajes en la gerencia de SW. De ese modo, además, abortan la hipótesis de “banda paralela” o de “infiltrados” que actuaban con autonomía.

2. Los inversores: aunque se ha dicho que Beltrame hijo viajaba frecuentemente a España, e incluso está probado un vuelo previo y otro cuatro días más tarde al embarque, su abogada lo desmiente: “No lo mandaban tanto, lo mandaban cuando había exceso de ventas de pasajes. No tenía jerarquía para negociar con inversores. Esa vez sí lo mandaron a ver a los inversores, y mire lo que pasó”. Los “inversores” fueron detenidos en diciembre en Cádiz, acusados de contrabando. Cuando SW presentó la denuncia, dio sus nombres, y el juzgado de Liporace pidió la detención, pero a esa altura ya estaban detenidos en España. Consultada sobre sus sospechas sobre este punto, la abogada dice que se trató de “una trampa”.

3. Relación entre la PAN y SW: la defensa de Beltrame asegura “que el chico quería renunciar a la empresa”. Las relaciones con su padre “no estaban bien”, indicó Castelli. Según la defensa, Beltrame padre había presentado “quejas por el estado de los aviones”. Cuando la declaración de Beltrame (h) y las valijas voladoras comenzaron a trascender, SW salió a defenderse. Un vocero de la empresa asegura ahora que Beltrame no llegó a la empresa por su currículum sino a pedido de su padre. “Y ante un pedido del jefe de la estación, ¿cómo hacemos para negarnos?”, dicen. Si esto fue así, la situación del comodoro se complicaría. Hasta ahora no concurrió al juzgado ni como testigo ni como imputado. Según los abogados de su hijo, Walter entró a SW “presentando su currículum”.

Otro de los puntos que salió a defender anoche SW fue el de las valijas volantes: “Que estén prohibidas es inexacto”, le indicó ayer a este diario su vocera, Encarnación Ezcurra. Hay una serie de variantes como “las valijas que se extravían, la de los pasajeros que pierden la conexión, el correo interno o el diplomático, que pueden enviarse”.
El embarque de las cuatro valijas que llegaron a Barajas en septiembre no se encuadra en ninguna de esas figuras. Se despachó normalmente, pero salió “sin pasajeros”. Para la Justicia fue un embarque irregular, permitido por los tres empleados detenidos. Para la fiscalía de María Gabriela Ruiz Morales, los implicados además son tres empleados de TAS, encargados de los scanner. Y entre los imputados pide la indagatoria del vice y del presidente de SW (ver aparte).

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Desde SW aseguran que Beltrame entró a la empresa a instancias de su padre comodoro.
 
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