EL PAíS › EN GOBIERNO LE BAJARON EL TONO AL CORTOCIRCUITO CON BRASIL

“Hay que consolidar el Mercosur”

El Gobierno marcó sus “diferencias” con el principal socio en el Mercosur. Bielsa subrayó que Brasil aún no respondió a la propuesta argentina para resolver las asimetrías económicas en la región. Pero en la Casa Rosada buscaron desactivar el conflicto.

Siguiendo su estrategia de tomar distancia de Brasil, el gobierno argentino insistió ayer en que existen una serie de “diferencias” con su principal socio comercial. Así lo informó anoche a Página/12 una alta fuente de la Cancillería, luego del encuentro que su titular Rafael Bielsa mantuviera en Washington con seis embajadores argentinos para analizar la situación de la región. Pero quiso compensar el tono. “El tema con Brasil no es menos Brasil sino más Brasil, pero para consolidar el Mercosur, que es hacia donde tenemos que apuntar. Claro que eso no quita la existencia de diferencias”, dijo.
No se trata de un juego de palabras. La Argentina se queja por lo que considera un exceso de protagonismo de Luiz Inácio Lula Da Silva, plasmada en el presunto afán de Brasil por ocupar todo tipo de plazas en organismos internacionales, sea en la OMC, en la ONU, o la FAO.
La diplomacia brasileña no ha cesado en reclamar un lugar en el Consejo de Seguridad de la ONU, si es que algún día se reforma, como miembro permanente. En cambio, la Argentina siempre ha planteado que ese asiento debía ser rotativo entre los distintos representantes de la región. Y que el tema, más que por votación, debe resolverse por consenso.
Lula pareció echar agua fría sobre el caldeado clima en su programa radial, Desayunando con el Presidente. “Como país con la mayor economía, con la mayor población, con mayor potencial científico y tecnológico, tenemos la obligación de propiciar las condiciones para que ese crecimiento no ocurra sólo en Brasil, sino también en otros países, sobre todo los que tienen frontera con nosotros”, dijo en tono conciliador.
La prensa conservadora brasileña, tal como reprodujo este diario el último fin de semana citando el caso de Valor económico, que responde al establishment financiero y es pro-ALCA, habló de la política exterior de Lula en términos de soberbia y aislacionista. Sobre todo al aludir a la eliminación de la candidatura del brasileño Roberto de Seixas Correa para la presidencia de la Organización Mundial de Comercio. Seixas fue derrotado por un candidato de Jorge Batlle, el ex presidente conservador uruguayo.
Funcionarios argentinos aseguran que Néstor Kirchner cree que hay visiones distintas sobre cómo realizar la integración. El Presidente prefiere una búsqueda más horizontal con Brasil y no de encolumnamiento con ese país. Y, según dice entre los suyos, vislumbra detrás de Lula un proyecto hegemónico.
Hay gestos del mandatario brasileño que la región mira con lupa. Uno de ellos fue la mediación de Itamaraty en la crisis de Ecuador a través de la Confederación Sudamericana de Naciones (CSN). Le dio asilo al saliente Lucio Gutiérrez sin consultar al resto de los integrantes de la CSN.
Las diferencias que plantea Argentina con Brasil no son solamente por liderazgo sino también por asimetrías comerciales (ver aparte). En ambos tópicos la visión argentina es que Lula le da permanentemente impulso a la CSN y relega la integración del Mercosur.
La CSN, motorizada por Brasil y ejecutada por Eduardo Duhalde, no hace más que alimentar los desajustes. Tal como informó en su momento Página/12, Kirchner pegó el faltazo al acto de nacimiento de la CSN, desairando a Duhalde y enviándole un claro mensaje a Lula. Ayer, Bielsa volvió a supeditar la posibilidad de avanzar en la institucionalización de la CSN a la resolución del “déficit institucional del Mercosur”. Señaló que “el más absoluto sentido común indica que no se puede saltar dos metros diez cuando no se llegó a saltar un metro cuarenta”.
El canciller retomó el planteo sobre las asimetrías entre ambos países elaborado por Roberto Lavagna el año pasado. “Hasta el día de hoy no han recibido una respuesta favorable”, puntualizó ayer Bielsa. Producto de ese añejo reclamo del ministro de Economía surgió la cumbre de Washington con un cuerpo diplomático integrado por seis embajadores peronistas. Estuvieron allí José Octavio Bordón (Washington), Juan Pablo Lohlé (Brasilia), Hernán Patiño Mayer (Montevideo), Federico Mirré (Londres), Juan Carlos Olima (Aladi) y Rodolfo Gil (OEA).
Gil negó haber hablado de un endurecimiento de las relaciones con Brasil. Aunque reconoció que se pasó revista por toda la región, incluyendo los vínculos con los Estados Unidos. “Brasil es uno de los socios más importantes con que la Argentina cuenta, y no podíamos reunirnos a hablar de la situación de la región, el mundo, la Argentina post default, cómo se iba a insertar el escenario internacional, sin hablar de Brasil”, resaltó.
A distancia, y sin haber participado de esa cumbre diplomática, el duhaldista Eduardo Amadeo entendió la realización de ese encuentro como el resultado de la relación “desordenada” entre la Argentina y Brasil, en la que la “falta de diálogo” tiene gran responsabilidad. Amadeo es asesor de Duhalde en la titularidad de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur.

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Kirchner y Lula mantienen una relación con altas y bajas, marcada por la desconfianza.
 
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