Mié 15.05.2002

EL PAíS

López Murphy empezó a aggiornarse, pero con poca memoria reciente

La página web del presidenciable de derecha expone su ideario neoliberal aunque pone énfasis en la educación. De ajuste, ni habla.

› Por José Natanson

Consciente de que su perfil (esa mezcla de economista neoliberal con comisario de pueblo enojado) no le alcanza para disputar una elección presidencial, Ricardo López Murphy trata de aggionarse y matizar su discurso. En su página en Internet –www.redcivica.com.ar– el ex ministro dice que la “educación debe ser un eje clave en la construcción de la Argentina”. Sin embargo, las contradicciones asoman apenas se profundiza un poco: en el mismo sitio se incluye la desgrabación del discurso que pronunció cuando asumió en Economía, en el que se eliminaba el Fondo de Incentivo Docente y se reducía en 360 millones de pesos los fondos para las universidades.
Luego de su breve paso por el gobierno de Fernando de la Rúa, López Murphy renunció al radicalismo, el partido en donde militó desde joven. Y, con sus credenciales de economista sólido y su fama de hombre duro y honesto como capital político, creó la Fundación Cívico Republicana, base para su candidatura a presidente en 2003.
En la página de Internet, la Fundación se presenta como “instrumento de comunicación” del ex jefe de FIEL para la creación de una “red cívica para apoyar el renacimiento de la Argentina”.
A continuación se describen los ejes fundamentales del movimiento, como la reconstrucción de las instituciones, la ética en la función pública, la apertura al mundo y la integración de las ONG.
El evangelio neoliberal –a veces en forma de principios, otras como simples lugares comunes– subyace todo el proyecto. Se habla de “reglas claras, concretas y respetadas por todos sin excepción”, se critica las “prácticas demagógicas”, se subraya una y otra vez la idoneidad tecnocrática y la necesidad de apurar una reforma del Estado, que incluya una baja del “gasto público burocrático e improductivo”. Hay, también, un párrafo sobre la protección del derecho a la propiedad y otro sobre la apertura de la economía y el libre mercado.
Lo curioso es que la prédica neoliberal más elemental se mezcla con algunos reflejos de conservadurismo, que López Murphy incorporó luego de su paso por el Ministerio de Defensa y que apuntan a consolidar la adhesión de los sectores más conservadores. “Consideramos que la familia es una célula básica de la sociedad y, como tal, el ámbito apropiado para la transmisión de la vida y la formación de la persona”, dice la página de la Fundación, decorada con una banderita argentina que flamea al final de los textos.
Aunque nació en una familia radical, militó desde joven en el partido e incluso fue congresal, las encuestas revelan que la opinión pública no lo identifica como un típico dirigente la UCR. Con los datos en la mano, el economista aspira a sintonizar con el clima antipolítico reinante y –al igual que otros representantes de la nueva derecha, como Mauricio Macri o Patricia Bullrich– busca posicionarse como una opción alternativa a los partidos tradicionales.
En el sitio de Internet, López Murphy propone “aglutinar una nueva clase dirigente idónea, con capacidad de gestión e incuestionable trayectoria”. También incluye una sección aparte, donde se detalla un proyecto de reforma política basado en la eliminación de las listas sábanas y su reemplazo por el voto por circunscripción. Finalmente, si uno quiere se puede adherir a la “red cívica”, aunque se aclara, con letras grandes, que no se trata de la afiliación a un partido político.
Desde luego, López Murphy sabe que con sus antecedentes neoliberales no alcanza, y que es necesario incorporar a su propuesta otros temas además de la reforma política. Por eso ha sumado a sus equipos de trabajo a Francisco Delich, ex rector normalizador de la UBA y secretario de Educación de Raúl Alfonsín y director de la Biblioteca Nacional durante la gestión de De la Rúa. López Murphy incluye a la educación entre los principios rectores de su proyecto y la define como “un eje clave” para la reconstrucción nacional. En cuanto a la cultura, asegura que su promoción “es una de las funciones esenciales del Estado” que debe “crear espacios de desarrollo para el arte y las manifestaciones culturales”.
Lo curioso, en todo caso, es el contraste entre el planteo y la realidad. Cuando asumió como ministro de Economía (el discurso está incluido en la misma página), López Murphy quiso eliminar el Fondo Docente, que la Alianza había garantizado al comienzo de su gestión, transfiriéndolo a las provincia sin los correspondientes recursos. También intentó recortar el presupuesto universitario, anular fondos especiales para economías regionales y concretar una reforma del Estado que, a mediano plazo, implicaría el despido de miles de empleados y un ajuste e 3500 millones de pesos.

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