El juez Martín Silva Garretón le pidió al Consejo de la Magistratura que suspenda el concurso para camarista en el que está postulado. El magistrado, que fue el primero en fallar contra el corralito bancario, se venía perfilando como integrante de la terna de candidatos al cargo pero fue desplazado al cuarto lugar. Cuestiona que se enteró del nuevo orden de mérito por los medios, no por el órgano judicial.
El concurso para ocupar una vacante en la Cámara en lo Contencioso Administrativo discurría normalmente hasta que el Banco Central divulgó un informe que decía que la mayoría de las causas del corralito que se venían resolviendo eran las de más altos montos. En el ínterin, además, el Superior Tribunal del Chaco descubrió que varios juzgados locales habían tramitado expedientes millonarios de gente de otras provincias.
Frente a las posibles irregularidades, la Comisión de Selección del Consejo de la Magistratura comenzó a discutir si correspondía o no auditar los juzgados de los candidatos que habían llevado causas del corralito. La decisión fue investigar sólo aquello que hubiera sido denunciado. En medio de la polémica cambió el orden de mérito de los postulantes. Silva Garretón, que iba a integrar la terna, pasó a cuarto lugar junto con el fiscal Alfredo Gusman. Quedó a un punto de diferencia de los tres primeros: sus colegas jueces Osvaldo Guglielmino –el único juez porteño que avaló el corralito– y Ernesto Marinelli, y el relator de la Corte Suprema Jorge Alemani. El único consejero que votó en disidencia fue Diego May Zubiría al considerar que Silva Garretón debía ser ternado.
Silva Garretón se quejó porque antes de que Selección votara la terna, la agencia DyN y Clarín informaron cuál sería el resultado y eso, dijo, “provoca no sólo un claro perjuicio a mi persona sino también para los colegas que me acompañan en el concurso”. Pide una investigación y que, entretanto, “se suspenda en todos sus aspectos la tramitación de este concurso”. En el Consejo al parecer no suspenderán nada, pero convocaron a Silva Garretón y a Gusman para que sean interrogados por el plenario en una audiencia pública.