Jue 16.05.2002

EL PAíS

El Presidente partió a Europa luego de trajinar todo el día por la ley

Con Quiebras aprobada por el Congreso, el Presidente podrá mostrar a los presidentes de la UE una ley “acorde al mundo”. Ese tema y el corralito, ejes de la reunión de Gabinete. La gira.

Eduardo Duhalde se subió al Tango 01 con una sensación de alivio, satisfecho por el deber cumplido. El Senado había sancionado la nueva Ley de Quiebras, con las modificaciones exigidas por el Fondo. Ahora podría demostrar con hechos, ante los presidentes europeos, que la Argentina tiene “leyes compatibles con el resto del mundo”, como había dicho en un mensaje televisivo grabado horas antes en Olivos. Los senadores, por su parte, habían cumplido con los pedidos oficiales. Aunque el Gobierno lo desmentía en público, la ley debía estar aprobada antes de que el Presidente viajara a Europa. Así sucedió, y Duhalde partió ayer a España, dispuesto a convencer al esquivo presidente español, José María Aznar, y a otros asistentes a la cumbre de la Unión Europea, de que el país no es más “la oveja negra del mundo de hoy”. No será fácil.
El avión presidencial despegó cinco minutos antes de las seis de la tarde. Llegará hoy a Madrid, donde a la noche se realizará una cena en la embajada argentina con los presidentes del Mercosur y mañana comenzará la segunda cumbre de América latina, el Caribe y la Unión Europea. La crisis argentina ocupará buena parte del encuentro, aunque la apuesta más importante de Duhalde es la entrevista con Aznar, que se hará después, en el Palacio de la Moncloa. También tiene esperanzas en el encuentro con el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, un viejo amigo del canciller Carlos Ruckauf, a quien conoce de cuando éste fue embajador en Roma.
Sin embargo, en el Gobierno no quieren crear expectativas, tal vez previendo dificultades o desplantes de Aznar y compañía. Como ya lo habían dicho el martes, ayer repitieron que el objetivo del viaje no es la búsqueda de fondos. “El Presidente no va a pedir plata, nuestro reclamo es por la apertura de mercados”, señaló a Página/12 el vocero Eduardo Amadeo. “No es en busca de préstamos, sino de conquistar nuevos mercados para poder exportar más”, coincidió el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof.
También hubo acuerdos en lo que significaba la sanción de la Ley de Quiebras. “Demuestra nuestra vocación de ser un país normal”, destacó Amadeo a las seis de la tarde, cuando los senadores ya la habían votado y Duhalde, complacido, viajaba hacia Madrid. El tema había tenido ocupado a todo el Gobierno desde la mañana. En la reunión de gabinete, Duhalde había conversado sobre el tratamiento de las leyes de Quiebras y de Subversión Económica con el titular de Diputados, Eduardo Camaño, y el jefe del bloque del PJ, Humberto Roggero. La aprobación de la segunda ley prometía ser más difícil, como se demostró más tarde, cuando el bloque radical no dio quórum para tratar el proyecto (ver páginas 6/7).
En el Gobierno querían que la Ley de Quiebras se sancionara antes de la gira por Europa. Aunque se preocuparan por negarlo en público. Luego de la reunión de gabinete, Atanasof aseguró que el viaje de Duhalde “nunca estuvo condicionado por la marcha de las leyes de Quiebras y de Subversión Económica que se están tratando en el Parlamento”. El jefe de Gabinete, además, estuvo en el Congreso siguiendo de cerca el tratamiento de las dos proyectos. “Es muy importante que hoy tengamos la Ley de Quiebras porque la Argentina necesita mostrarle al mundo que tendrá una ley conforme a lo que establece la legislación internacional”, afirmó antes de que los senadores votaran en el recinto. Sutilmente, estaba presionando para que se cumplieran los deseos del Presidente.
En la reunión de ministros también se habló del corralito. Los funcionarios del Gobierno aseguran que la idea es “destrabarlo”, pero la cuestión promete ser conflictiva, en especial luego de que la número dos del FMI, Anne Krueger, declarara que la Nación debe mantener las restricciones en el retiro de depósitos para evitar un “mal mayor”. Durante su viaje por Europa, Duhalde seguramente escuchará varias opiniones al respecto, que tratarán de influir en su decisión final.
Duhalde le dejó la Presidencia al delasotista Juan Carlos Maqueda. Luego se despidió en el Aeroparque, con un coloquial “hasta la vuelta”, y giró sobre sus pasos con un movimiento abrupto que casi lo deja en el suelo. Lo salvó un miembro de su comitiva, que lo sostuvo a tiempo. Casualmente, esaimagen sintetiza lo que piensa Duhalde de la posición de las “naciones industrializadas” con la Argentina: “Nos están alentando, quieren ayudarnos, pero necesitan que hagamos estos acuerdos.”

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