Sáb 18.05.2002

EL PAíS  › EL DOLAR SE FUE A 3,50 Y EL MERCADO MAYORISTA LLEGO A TOCAR LOS 4 PESOS

Dura pelea en la cubierta del Titanic

Ayer se recalentó la interna entre Economía y el Banco Central por la salida del corralito. Mario Blejer, alineado con el FMI, cree que el plan Lavagna para el corralito desembocará en la hiperinflación. Y amenazó con explicarlo públicamente. En Economía contestaron que el plan Bonex es “inviable política y jurídicamente”.

› Por Claudio Zlotnik

El dólar otra vez en alza, rozando los 3,50 pesos en las casas de cambio, bancos que atraviesan una situación muy delicada y advertencias de funcionarios del Banco Central sobre una posible hiperinflación. Con este escenario explosivo de fondo, ayer recrudeció la guerra entre el Ministerio de Economía y el Banco Central. A pesar de la fuerte presión de la entidad monetaria, del FMI y de los propios bancos, el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, insistió con que un Plan Bonex II “es inviable” tanto política como jurídicamente. Desde el Central, en tanto, retrucaron fuerte. Pidiendo un estricto off the record, dos funcionarios del círculo íntimo de Mario Blejer adelantaron, en rueda de prensa, que de prosperar el plan Lavagna para levantar el corralito, el presidente del BCRA explicaría públicamente, en el Congreso y en el Ministerio de Economía, por qué está convencido de que esa estrategia conducirá a la Argentina a una hiperinflación y a la dolarización.
Lo más probable es que la polémica sobre el corralito se resuelva recién la próxima semana, al regreso de Lavagna y de Eduardo Duhalde de la gira por Europa y Estados Unidos. El ministro se reunirá el martes con las máximas figuras del FMI, y allí intentará persuadirlas de los beneficios de su programa. Pero lo cierto es que Anne Krueger ya anticipó su posición: quiere un Plan Bonex, similar al que propuso en su momento Remes Lenicov. Blejer mantuvo ayer contactos telefónicos con funcionarios del FMI en Washington, quienes le expresaron su respaldo y le habrían solicitado que se mantuviese en el puesto. Anoche, conocido el espaldarazo al titular del BC, versiones indicaban que Nielsen podría dejar su cargo.
En este clima de máxima incertidumbre volvieron las largas filas y el nerviosismo frente a las casas de cambio y los bancos. El dólar “por cuenta y orden del BCRA” subió de 3,20 a 3,30 pesos para la venta. Y a 3,50 en el mercado libre. En el mayorista hubo operaciones a 4 pesos, aunque el cierre fue a 3,45.
La posición de Lavagna frente al corralito es la siguiente. No quiere seguir los pasos de su antecesor Jorge Remes Lenicov y chocar con el poder político, además de cargar sobre las espaldas del Estado un costo fiscal por ahora incalculable. Por eso eligió un camino intermedio: planteó un plan en el cual existen bonos optativos para aquellos ahorristas que no quieran mantener sus depósitos reprogramados. Al mismo tiempo aceptó que los certificados puedan utilizarse para la compra de autos cero kilómetro y viviendas nuevas. Bajo este esquema, argumentan en Economía, llegaría la reactivación.
Pero en el Central son terminantes: “La economía no se va a recuperar con otro Plan Canje”, ironizan. Todo lo contrario, los expertos de la entidad rectora sostienen que la única forma de evitar la híper sería “pisando” los depósitos reprogramados, que en total suman 31.900 millones de pesos. Ese es el punto medular de la estrategia de Blejer. Incluso, en el BC admiten que si se realiza un Plan Bonex II u otra alternativa que impida la desprogramación de los ex plazos fijos, no habría peligro en levantar las restricciones de las cajas de ahorro. Según calculan, de los 16.000 millones de pesos de colocaciones a la vista no transaccionales, 4000 millones retornarían a los bancos por los pagos de los préstamos, mientras que para “esterilizar” los 12.000 millones restantes se utilizarían reservas. “Tal vez la inflación salte a dos dígitos durante un par de meses, pero cuando la gente y los operadores vean que el tipo de cambio se estabiliza podríamos hacer política monetaria y recrear la confianza”, apuntó el funcionario del BCRA a Página/12.
Las autoridades del Central piensan que el goteo del corralito fue el culpable de la disparada del dólar. Y advierten que si Lavagna insiste con su postura se abren dos alternativas:
- Una descontrolada emisión monetaria para asistir a los bancos que desembocaría en una hiperinflación;
- O la caída “masiva” de bancos.
El segundo escenario se daría en caso de que el Gobierno se negara a asistir financieramente a los bancos, y a los ahorristas se los compensara con bonos emitidos por el Estado. En el BCRA disparan una crítica ácida: “Para el Gobierno sería la posibilidad de montar un Plan Bonex pero sin costos políticos ya que podrían echarle la culpa a los bancos por las quiebras”. Fuentes del Central dijeron ayer, no sin malicia, que esta última opción fue evaluada por el Palacio de Hacienda.
“Si desembocamos en la híper, nos vamos a la dolarización. Al Gobierno ya se lo advertimos hasta con mímica”, exageró el funcionario para darle credibilidad a su postura.
En el Central aseguran que el desenlace de la pelea debe darse rápido. Por un lado, la situación de algunos bancos, como los pertenecientes al grupo francés Credit Agricole, es apremiante (ver aparte). Pero además, los expertos afirman que a la incesante goteo del corralito, de 3000 a 3500 millones de pesos mensuales, se sumarán los vencimientos de los depósitos reprogramados, no bien comience el 2003. “El año que viene vencen 1700 millones mensuales”, aseveraron. Según la receta de Blejer, “pisar” los depósitos es la única salida para evitar que la Argentina caiga un escalón más.

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