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La derogación de la ley de Subversión Económica que exigía el FMI, se consiguió gracias a la colaboración de la senadora radical Amanda Isidori. Tal actitud no resultó gratuita para los seguidores de Leandro Alem, y la principal consecuencia fue la ruptura de la bancada. A partir de ahora, la UCR estará representada por tres grupos. Cuatro rebeldes conformaron dos bloques. Uno de ellos, integrado por Gerardo Morales y Mónica Arancio, se denominará Frente Cívico Jujeño. En tanto, el porteño Rodolfo Terragno y el pampeano Juan Carlos Passo hicieron lo propio con “Radicalismo independiente”. Ambos grupos trabajarán en un interbloque desde donde acentuarán sus críticas a la alianza entre radicales y justicialistas que sostiene al gobierno de Eduardo Duhalde.
La atomización del socio minoritario no afectará por ahora a la alianza radical peronista que se da en la Cámara alta. Sin embargo, la secesión se transformó en un serio indicador para los radicales, como Raúl Alfonsín, que sostienen a rajatabla la continuidad del apoyo a Duhalde y que será debatido a fin de mes cuando legisladores y dirigentes de la UCR se encuentren en un plenario en Córdoba.
En un principio se especuló que los cuatro rebeldes iban a formar parte de un mismo bloque, pero los jujeños recibieron la orden de la conducción provincial de funcionar separadamente de los otros dos senadores. Morales no lo dice, pero en su cabeza y en la de los dirigentes del radicalismo jujeño predomina el proyecto provincial de competirle al justicialismo la conducción de la provincia. De hecho, en la nota que los legisladores de Jujuy le entregaron a Maestro da cuenta de esta posición: “La decisión que tomamos prioriza la defensa de los intereses de nuestra provincia y los jujeños, que es en primera medida a quienes nos debemos, porque en el acompañamiento a las políticas del gobierno nacional se ha descuidado el apoyo concreto a las economías regionales y en definitiva a hacer realidad el pacto con la producción y no con la especulación”.
A diferencia de Passo y Terragno que hicieron llegar una nota donde anuncian su retiro, los jujeños prefirieron participar de la reunión del bloque que preside Maestro. El encuentro, según relataron varios participantes, fue cordial. Incluso Alfonsín, quien la semana pasada les había deslizado a los díscolos la posibilidad de expulsarlos, habló en esta oportunidad en términos amigables. Maestro en todo momento rehuyó a la discusión y prefirió mostrarse comprensivo. El chubutense los invitó a seguir participando de los encuentros de la bancada como hacen los senadores por Catamarca. Morales agradeció el convite pero le anunció que hasta tanto no se realice la reunión en Córdoba ellos preferían mantenerse al margen.
“Nosotros seguimos siendo radicales”, indicó Morales a este diario poco después del encuentro con quienes hasta la semana pasada fueron sus colegas de bancada, y agregó que “lo que necesita el radicalismo es recuperar el rumbo partidario. No acompañar más a Duhalde y ordenar a todos los radicales que cumplen funciones en el gobierno que renuncien a sus cargos”. Los nuevos bloques han invitado a sumarse al interbloque a los dos catamarqueños que integran el Frente Cívico y Social.
Ante la ruptura, la estrategia elegida por Maestro fue bajar el nivel de conflictividad a lo ocurrido: “Con las separaciones hemos quedado más unidos, homogéneos y estamos trabajando fuerte”, señaló. De todas formas buscó hacer una diferencia entre los dos nuevos bloques. A los jujeños los considera “recuperables” al sostener que seguramente volverán a la bancada una vez que el plenario de Córdoba ratifique la política de “apoyo crítico” al gobierno nacional. En cambio, con Terragno y Passo la situación es diferente. Maestro sostiene que “están detrás de un debateprofundo partidario y, además, Terragno jamás acompañó las posiciones del bloque”.