Gualeguaychú fue ayer la ciudad de la alegría y del corte de ruta. Allí más de 27 mil personas bailaron hasta la madrugada durante la apertura del Carnaval del País. Pese a la presencia de varias vedettes, nadie pudo empañar a Evangelina Carrozo. La activista ambientalista y actual reina del Carnaval se llevó todas las miradas en el transcurso de los 500 metros que recorrió como bastonera principal de la comparsa Kamarr. Entre el público, preeminentemente local, se escucharon cánticos contra la instalación de Botnia y abucheos a los vecinos uruguayos. Cerca de allí, los asambleístas estudiaban cómo seguir haciendo oír la protesta y esperaban tener todos los pasos fronterizos bloqueados durante los días del recambio turístico.

“No dejes que nuestros sueños se vayan por la chimenea”, imploró la pancarta de la Asamblea Juvenil, integrada por varios chicos que hacían flamear las banderas de Argentina, Uruguay y Entre Ríos. Luego de que la locutora leyera las consignas de los asambleístas, aplaudidas por la multitud, se oyó la voz de un colega suyo dando la bienvenida a los vecinos del lugar, a los argentinos en general y a los uruguayos. Inmediatamente el público empezó a silbar: “¿Por qué no? No tienen nada que ver. No nos peleemos entre pueblos hermanos. Esto nos afecta a todos”, dijo el locutor, tratando de calmar los ánimos.

Esa misma noche en Punta del Este, unos 200 chicos interrumpían el tráfico en la rambla de la Playa Brava. Armados con botellas rotas, atacaron e insultaron a los automovilistas que tenían matrículas argentinas. Un rato antes se había difundido la noticia de que Uruguay perdería 30 millones de dólares por el corte que los asambleístas mantienen en Gualeguaychú.

“No fui al Carnaval porque tuve mucho trabajo en mi pizzería”, se atajó José Pouler, encargado de coordinar las sesiones de la asamblea. El ambientalista destacó la ayuda recibida a través de entradas y un puesto para vender parafernalia, al que no le fue nada mal. Allí, varios colegas suyos pasaron la noche ofreciendo remeras, gorros y afiches para la causa. “Estamos en un momento muy duro de la lucha. Se nota por la cantidad de políticos que pasan por el corte. Igual les hacemos entender que las banderas las tienen que dejar en su casa, que el que quiere venir a hablar tiene que hacerlo como ciudadano únicamente”, advirtió desde el puesto el asambleísta Leopoldo Santoni, esperanzado con la propuesta de diálogo abierta por el gobernador Jorge Busti: “Estoy seguro de que va a sacar la Ley de la Madera (ver aparte), pero tiene que tener en cuenta que el corte no se negocia”. Ayer, en Arroyo Verde, los asambleístas estaban preocupados por las pruebas que Botnia va a realizar esta semana. Como contrapartida, especulaban con marchar nuevamente sobre el puente internacional, como lo hicieran masivamente en abril del año pasado.

“Gualeguaychú despierta ya, esta noche es Carnaval”, fue la arenga que más repetía el cantante de la comparsa Marí-Marí, la primera en desfilar presentado su “Amerindia: Tributo tribal”. El show recordaba, a fuerza del ritmo de pagode brasileño, los sufrimientos de los habitantes nativos de la región por “el hombre y su ambición” que, según explicaba la letra de la canción, “en Amerindia la lucha desata; el poder, sin razón, quiere conquistar”. Detrás de las carrozas, los tractoristas que las empujaban no dejaban de sudar. “Mirá lo que son estas pibas –decía uno–, quién se va a acordar de las papeleras en este momento.”

En esta edición del Carnaval, a las categorías de evaluación tradicionales se les agregó la de “puesta en escena” porque, según los organizadores, es una manera de evaluar la forma global con que se presenta el espectáculo. Algo parecido preocupaba a los asambleístas que estaban entre el público. “Lo de Buquebús es un buen golpe, pero no queremos que caigan los piqueteros y se desvirtúe el reclamo. Nosotros andamos a cara descubierta y sin palos, no queremos violencia”, refirió una señora que pidió no ser nombrada.

“Ahí viene la reina de nuestra lucha”, alertó la asambleísta, en momentos en que apareció, rodeada de cámaras, Evangelina Carrozo, que no llevó carteles alusivos a las papeleras, sino las plumas y un minúsculo conjunto de prendas. Para los organizadores, que aseguraban eufóricos que ésta será la mejor temporada en años, la presencia de esta mediática reina y la constancia del corte atrajeron mucha más gente de la esperada.

Informe: Emilio Ruchansky.