EL PAíS › PRIMERA ENTREVISTA A CARLOS CARRASCOSA DESPUES DE LA CONDENA
El viudo recuperó la libertad ayer a la tarde. Minutos después, contó en este reportaje que “estaba mentalmente preparado” para la condena, que en prisión se dedicó a escribir y que ahora hará “todo lo posible” para averiguar “quién mató a María Marta”. “Hay una línea de investigación y hay que seguirla”, dijo.
› Por Raúl Kollmann
“Crean en mí. Yo voy a hacer todo lo posible para que se sepa quién mató a mi mujer.” En su primer diálogo periodístico al salir de la cárcel, Carlos Carrascosa reiteró que es inocente y que dedicará los años que le restan de su vida a encontrar al asesino de su esposa. El viudo habló de los días de prisión, de sus amigos que no le fallaron y de la que él considera que le falló, de su aspecto frío y las idas y vueltas de su religiosidad. Carrascosa no quiso reiterar la hipótesis que hizo en el juicio: que habían entrado a robar en su casa, tal vez el vecino Nicolás Pachelo, tal vez uno o más vigiladores del country, María Marta justo volvió sorpresivamente, los encontró dentro de la casa y, como los conocía, la mataron. En ese terreno, Carrascosa dejó la pelota picando: “Hay una línea de investigación y hay que seguirla”.
No bien se sentó en el coche de su amigo Héctor Lineiro, Carrascosa mantuvo una extensa entrevista con el programa El Exprimidor, de Radio Uno. El conductor Ari Paluch y este periodista dialogaron con El Gordo, como le dicen a Carrascosa, durante el trayecto desde la cárcel de Campana hasta el barrio CUBE, en Escobar, donde vivía antes de la detención y donde vivirá hasta que la Cámara de Casación confirme o revoque el fallo del Tribunal Oral.
–¿Cómo fueron estos 35 días en la cárcel?
–Bueno, los soporté bien. Me dediqué bastante a escribir. Me gusta mucho escribir. Y un poco a ver fútbol. Soy de Estudiantes de La Plata.
–¿Escribe poesía, novela, sobre su realidad?
–Escribo para mí. Sobre lo que estoy viviendo.
–¿Y sus compañeros del penal le preguntaron sobre el asesinato de su esposa?
–Para nada. No, para nada. Hay mucho respeto. Eso me impresionó. No le preguntan a uno, uno no le pregunta a nadie y el que quiere contar, cuenta. El código es ese.
–¿Lo sorprendió el fallo y el encarcelamiento?
–Yo estaba mentalmente preparado. Podía llegar y llegó. Lo fui percibiendo por intuición.
–¿Y ahora?
–Ahora, lo primero será tratar de reabrir la investigación para saber quién mató a mi mujer. Esa es mi finalidad en lo que me resta de vida. Hay que meter toda la fuerza, hay que insistir, insistir, insistir. Hay que ver quién la mató.
–¿Usted cree que el fiscal Diego Molina Pico tiene algo personal contra usted?
–No, mire yo no entiendo de la cuestión legal ni me quiero meter en eso. Yo quiero saber quién mató a mi mujer.
–Pero en su fuero íntimo usted cree saber quién la mató ¿no es cierto?
–(Se produce un largo silencio.) Y, uno nunca sabe. Hay una línea de investigación que hay que seguir. Más que eso no le puedo decir. Acabo de salir de la cárcel, se imagina cómo estoy.
–¿Usted es una persona creyente? ¿Se ha hecho más creyente o menos creyente en estos años que siguieron al asesinato de su esposa?
–Uno se pelea (con Dios) ¿no? Lo rudo afecta. Mire, ayer recibí un llamado de una señora de Salta, diciéndome que tenía un mensaje para darme de la Virgen de Salta: “Que la luz iba a llegar muy cerca”. Y hoy estoy saliendo en libertad. O sea que hoy estoy más creyente que ayer. Al mismo tiempo no sé por qué estoy atravesando todo esto. Tal vez me entere el día del Juicio Final.
–¿Hay amigos que están en las buenas y otros que en las malas no están?
–Todos se han jugado, menos uno. O una, mejor dicho.
–¿Susan Murray, de Missing Children?
–No, ella no era amiga. No la cuento.
–¿Inés Ongay (una amiga de la infancia de María Marta que pidió que Carrascosa no fuera excarcelado)?
–Sí, ella. Es la única que me ha sorprendido en todo esto, porque nunca habíamos tenido ningún problema. Pero nada más ella. El balance es excelente. Mil a uno.
–¿Tiene alguna reflexión sobre la propia María Marta?
–La mejor mujer del mundo. Igual que mi madre.
–¿Y los padres de María Marta que siempre estuvieron de su lado? Los padres no suelen estar del lado de un yerno si tienen algún mínimo grado de sospecha.
–El apoyo de ellos ha sido importantísimo para mí. Importantísimo.
–¿Nunca le plantearon dudas. Algo así como “Carlos, decinos la verdad, ¿qué pasó?”
–Jamás. Nunca.
–¿Está ahora más sensible que antes? Su perfil siempre fue de una persona fría.
–No es así, siempre fui sensible. Una cosa es la apariencia y otra cosa lo que uno siente. Yo tengo la apariencia de una persona tranquila, seria. Pero de ahí a lo que uno siente, nada que ver. Lo que pasa es que la procesión va por dentro. Quizás no sea lo más sano. Muchas veces es preferible gritar a que explote una arteria.
–¿Qué es lo que más extraña, lo que va a hacer hoy mismo?
–Es sencillo, tomarme unos vinos con mis amigos.
–¿Y qué le dice a los que creen que usted mató a su mujer?
–No, para nada. Soy inocente. Crean en mí. Voy a conseguir que se sepa quien mató a María Marta.
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