EL PAíS › CINCO CONSULTORES POLITICOS ANALIZAN EL ACUERDO ENTRE NESTOR KIRCHNER Y ROBERTO LAVAGNA
¿Qué gana Kirchner y qué Lavagna con su alianza para reorganizar el PJ? Consultados por este diario, responden Artemio López, Analía Del Franco, Hugo Haime, Graciela Römer y Rosendo Fraga. Las interpretaciones van desde la reconfiguración del peronismo en un polo de centroizquierda hasta una jugada para seducir a las clases medias.
El acuerdo entre Néstor Kirchner y Roberto Lavagna para encabezar la reorganización del Partido Justicialista abrió un nuevo escenario en la política nacional. ¿Qué gana el oficialismo y qué el ex ministro de Economía? ¿Pagarán algún costo? ¿Cuál es la estrategia de Kirchner? ¿Qué perfil adoptará la incipiente reconfiguración del peronismo? ¿Cuál será el destino de aquella transversalidad? Esas fueron las preguntas que Página/12 les formuló a distintos consultores políticos. Tan compleja como inesperada, la nueva alianza habilitó interpretaciones tan disímiles que oscilan entre la reafirmación de la búsqueda de un polo de centroizquierda al estilo europeo, hasta el surgimiento de un incipiente “panperonismo” menos ideológico y simplemente pragmático, donde quepa todo aquello que se pueda juntar. Donde todos los analistas consultados coinciden en que la novedad tiene como destinatario principal a las clases medias que le dieron la espalda en las últimas elecciones al kirchnerismo, que ahora busca ampliar las bases de sustentación del gobierno de CFK.
- Analía Del Franco (consultora Analogías): “La alianza entre Kirchner y Lavagna es una muestra más de que el ex presidente se toma en serio esto del fortalecimiento del peronismo. Y con esos fines es que juega fuerte para juntar todo lo que pueda y para acercarse a los que sean más afines. Es que el partido en el que está pensando es uno aggiornado a las modalidades ideológicas actuales, uno que sea de cuadros políticos, amplio y que incluya a los sectores medios. En ese marco es que se da el acuerdo con Lavagna, en donde uno de los principales objetivos es generar la sensación de que se trata de un proceso de unión dentro de la diversidad para captar el voto de la clase media y enfrentar a los Rodríguez Saá. Si a esto se le suma que no existe un lavagnismo dentro de las estructuras del PJ, queda evidenciado que el acuerdo es más una señal para afuera que para adentro del peronismo. Respecto de la alianza del ex ministro con la UCR de Gerardo Morales, simplemente forma parte del pasado. Incluso, me atrevería a relativizar ese acuerdo para afirmar que lo que existió fueron dos líneas dentro de lo que fue el peronismo virtual posterior a la crisis de 2001. Lo cierto es que Lavagna procuró diferenciarse en octubre al postularse como candidato opositor, por eso sorprende que ahora haya aceptado esta propuesta. De Kirchner, en cambio, se sabe que es pragmático y que está dispuesto a mantener lo suyo a cualquier costo”.
- Artemio López (Equis): “El acercamiento de Lavagna, la tercera minoría del país en las últimas elecciones, hacia Kirchner tiene un importante impacto político. En primer lugar, este acuerdo legitima el triunfo de Kirchner hacia adentro del peronismo, que comienza a reconocer al ex presidente como ‘el’ vértice de la construcción. Y se va acentuando un fenómeno que es la consolidación de la idea de que Carlos Menem y Eduardo Duhalde poco tienen que ver con este proceso y ya pasaron a formar parte de la historia. Kirchner sale fortalecido porque, si bien no es un hecho que cambie el panorama, sí pone la iniciativa política en sus manos con una maniobra que expande la legalidad a sectores que venían por afuera. Desde el punto de vista de Lavagna, también implica un fortalecimiento ya que no tenía ninguna perspectiva hacia adelante. Hay que recordar que a las doce horas de saber los resultados de la elección nacional, los radicales se retiraron de la alianza que tenían con él, y también se esfumó ese kirchnerismo Dolce Gabanna que proponía y que era irreal. Queda claro que a Daniel Scioli, que había sonado para formar parte de la mesa de conducción partidaria y tiene una trayectoria más neoliberal, se busca abulonarlo al sillón de la gobernación bonaerense ante la posibilidad de que exista un futuro eje Scioli-Macri, y en esto Kirchner es inflexible. En síntesis, con esta maniobra en la que Kirchner solamente refuerza el banco de suplentes, sale sumamente fortalecido y refuerza su liderazgo.”
- Hugo Haime (Hugo Haime & Asociados): “En un país en el que los partidos carecen de representación, lo que Néstor Kirchner busca es institucionalizar al suyo. Y, a pesar de que no sepamos qué ocurrirá con el Frente para la Victoria, con los radicales K, ni con la Concertación Plural, sí sabemos que el peronismo es un movimiento y no un partido estalinista, por lo que se procura que estén presentes la mayor cantidad de expresiones posibles. Ante este escenario, el acuerdo con Lavagna ataca los argumentos que cuestionan el autoritarismo del ex presidente y dice: ‘Dentro de mi concepción, acepto todos los disensos’. En términos más generales, lo que estamos viendo hoy en la Argentina es el resurgimiento de los partidos políticos. Por un lado el peronismo, y por el otro la UCR, que deberá resolver su destino entre la línea del vicepresidente Julio Cobos y la de Gerardo Morales. Lo que también queda claro es que todos aquellos que postulaban que Kirchner era un hombre de izquierda y que su destino era destruir al pejotismo se equivocaban. Lo que se está construyendo es, como ellos mismos dijeron, un justicialismo de centro-progresista”.
- Graciela Römer (Graciela Römer & Asociados): “Si se confirma que efectivamente existe el acuerdo, me parece una jugada estratégicamente brillante del ex presidente, que aceleradamente está comenzando a transitar los objetivos planteados en su momento. La incorporación de la figura de Lavagna aporta esa transversalidad que todavía no termina de cuajar, recrea al PJ desde un eje más consistente y postula, con estilo europeo, un polo de centro-izquierda cercano a la socialdemocracia. Evidentemente, en esta decisión se leen las consecuencias de lo sucedido en las últimas elecciones. Allí, Cristina Kirchner fue abandonada por las clases medias y debió recostarse sobre las bases tradicionales del PJ. Ahora, esta opción es una chance para recuperar a esos sectores medios. Por otro lado, al realinearse de este modo las fuerzas dentro del peronismo, hasta el duhaldismo queda incorporado. El que queda descolgado es el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, que aspiraba a ocupar el espacio que hoy ostenta Lavagna. Por lo pronto, Scioli seguramente se alineará detrás del armado de Kirchner, pero habrá que ver qué es lo que ocurrirá en el futuro. Respecto de la oposición interna, creo que va haber un dura batalla entre los diferentes sectores del menemismo residual. Francisco De Narváez es hasta ahora el único que confirmó su intención de postularse por la presidencia del peronismo, pero resta esperar por lo que hagan los Rodríguez Saá. Por lo pronto, generalmente las internas partidarias no generan particular interés en la opinión pública. Para ver cómo lo procesa la sociedad, habrá que esperar recién hasta las próximas elecciones”.
- Rosendo Fraga (Nueva Mayoría): “Con el acuerdo, lo que Kirchner está buscando es que el peronismo represente a la mayor cantidad de sectores y entidades políticas posibles. Tan es así que el partido ratificó esta semana su pertenencia a la Internacional Demócrata Cristiana (en la que se destacan la alemana Angela Merkel, el francés Nicolás Sarkozy y el español José Aznar). De este modo, más que transversalidad o Concertación Plural, lo que se está configurando es una especie de ‘pan-peronismo’ donde confluirían desde Lavagna, pasando por De Narváez, (Ramón) Puerta, (Hugo) Moyano y (Luis) Barrionuevo. Incluso los sectores del duhaldismo que eran cercanos a Lavagna pueden encontrar por esta vía un sendero para volver a acercarse al poder. La idea es la de un peronismo menos de izquierda, ya que el ‘pan-peronismo’ no es un concepto donde quepan los polos de centroizquierda y centroderecha.
Por otro lado, vale resaltar que con la presidencia del PJ, Kirchner justifica su rol en el poder. Desde esa posición, es lógico que se reúna con gobernadores, intendentes y sindicalistas, cosa que carecería de explicación si lo hiciera desde su oficina en Puerto Madero. En lo que respecta a Lavagna, él siempre dijo que iba a seguir en el PJ y que desde ahí pensaba trabajar. Lo que sorprende es que lo haga con Kirchner ya que, en lo que respecta a la opinión pública, seguramente ambos tendrán que pagar algún costo. En definitiva, este acuerdo deja sobre la mesa un nuevo escenario que no hace más que darle argumentos a (Elisa) Carrió”.
Producción de Diego González, con la colaboración de Julián Bruschtein.
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