Uno más y van 14 días. Las entidades del campo anunciaron ayer de manera conjunta la continuidad del lockout por tiempo indeterminado. Las partes endurecen sus posiciones y el diálogo busca intermediarios en los gobernadores. Según informaron Federación Agraria, Sociedad Rural, Confederaciones Rurales y Coninagro en una conferencia de prensa desbordada, tranqueras adentro la recolección de la cosecha continúa para acopiarla y la faena de ganado se detiene. Los piquetes siguen y permitirán el paso de la leche del campo a las empresas, pero no dejarán que las industrias distribuyan sus productos. Mientras tanto, la extensión de las medidas comienza a poner al descubierto las –siempre existentes–- diferencias políticas y económicas entre las entidades del campo.

En diálogo con Página/12, el titular de Coninagro, Fernando Gioino, argumentó: “Estamos invitando a la gente a que no comercialice sus productos, no hay que ver esto como un lockout, no hay que imponerlo desde los dirigentes, sale de las propias bases”. Pero la invitación es más bien un mandamiento, ya que si los productores no la aceptan sus mercaderías no pasan. Respecto de las dificultades de abastecimiento que cada vez se extienden más, Mario Llambías, titular de CRA, comentó que “es la política del Gobierno la que está dejando sin alimento a la gente”.

Los directivos de la mayoría de las entidades remarcan la espontaneidad y falta de organización de los cortes, señalando que la movilización surge de las bases. Sin embargo, Eduardo Buzzi, presidente de Federación Agraria, explicó que “el 80 por ciento de los piquetes fueron convocados por las diferentes entidades” y agregó que “a los cortes organizados muchas veces concurren productores que no están adheridos a ninguna entidad y por eso se denominan autoconvocados”.

A pesar de que siempre fue un duro crítico de los piquetes, Luciano Miguens, titular de Sociedad Rural, comentó ayer a este diario que “las medidas no me gustan pero no hay otro modo de protesta posible”. A la vez, no descartó la posibilidad de movilizarse a Plaza de Mayo. El canal oficial de negociación entre el Gobierno y los productores está cerrado y desde las entidades agrarias llamaron a buscar mediadores para destrabar el conflicto. El presidente de la SRA sugirió la intervención de los gobernadores y la iglesia para que se atienda su reclamo.

Miguens reveló que existen diálogos informales con algunos gobernadores como Jorge Capitanich, del Chaco; Juan Schiaretti, de Córdoba, y Sergio Uribarri, de Entre Ríos. “Los gobernadores están preocupados y no asumen posiciones más firmes por temor a que se vean afectadas las obras públicas en sus provincias”, estimó Buzzi.

“Siempre es bueno estar con la Iglesia en un reclamo y contar con su apoyo”, comentó el presidente de la SRA. Dicho y hecho, la demanda de Miguens fue respondida rápidamente desde el Arzobispado de Paraná y la conferencia episcopal que llamaron a abrir el diálogo. Pero no todas las entidades festejaron esta intervención. Luego del anuncio se pudo escuchar en los pasillos de la sede porteña de Federación Agraria el malestar generado por la aparición en escena del nuevo actor. Para algunos empresarios agrarios el comunicado de la Iglesia, o las declaraciones de Mauricio Macri (ver página 8), no ayudan a encontrar una salida al conflicto.

El enojo de los pequeños y medianos productores se potenció luego de las declaraciones de la presidenta Cristina Fernández en donde sostuvo que “entre el 5 y 18 de marzo se registraron pedidos de exportación por 2,9 millones de toneladas”. Silvio Corti, directivo de FAA, apuntó que “los que exportan son las multinacionales, hay que diferenciar quién es quién”. Alberto Fernández, jefe de Gabinete, sostuvo que “está en proceso de creación una subsecretaría del pequeño productor”, un viejo reclamo del sector.