EL PAíS • SUBNOTA › HUBO CACEROLAZOS EN VARIOS PUNTOS DE LA CAPITAL Y TAMBIéN MANIFESTACIONES EN EL INTERIOR DEL PAíS
Como reacción al discurso de la Presidenta, hubo protestas que comenzaron en Barrio Norte y se extendieron a otros puntos de la Capital. En la Plaza de Mayo se congregaron algunos miles con cacerolas. Luego llegaron simpatizantes kirchneristas.
› Por Julián Bruschtein
“El campo unido jamás será vencido”, cantaban los jóvenes frente a las cámaras de televisión. A las nueve y media de la noche, el grupo de manifestantes parecía una mezcla de oficinistas que habían decidido hacer el after hour en la Plaza de Mayo, junto a algunas familias bien vestidas y arregladas reclamando en apoyo al paro que se hace en el campo desde hace trece días. Una cantidad importante de personas tenía un cartel colgado: “Estoy con el campo”, mientras golpeaban ollas y sartenes. El cuadro se modificó cerca de la medianoche, cuando los movimientos sociales kirchneristas entraron a la Plaza para manifestar su apoyo al Gobierno. Luego de algunas corridas e incidentes menores, Luis D’Elía, Emilio Pérsico y su gente consiguieron quedarse en mayoría alrededor de la Pirámide.
Durante la tarde, al tumulto de los caceroleros que se habían reunido para dar su apoyo al campo se sumó la Guardia Imperial, la barra de Racing que protestaban en contra de la gerenciadora del club. “¿Qué es lo que está pasando? Aguante Racing, lo demás no importa!!”, respondió uno de los hinchas cuando vio las cámaras. Rápido de reflejos, apareció el vendedor de banderas argentinas, que debe haber tenido la mejor noche de ventas en lo que va del año.
Cerca de las diez, apareció la columna de gente que se acercaba por la Diagonal Norte. El grupito más entusiasmado de los que estaban en la Plaza, que debían promediar los 20 años, fue a recibirlos con banderas y cantitos. Ahí llegó el grueso de la gente: chicos y chicas todavía con el uniforme del colegio privado, parejas que aprovechaban para sacar al perro, familias enteras, incluidos los abuelos, todos haciendo sonar algún utensilio de cocina tomado a las apuradas.
Parados en la Plaza, frente al Cabildo, tres pibes golpeaban ollas y el palo de un farol. “Mi papá es productor y me explicó que no puede ser que te quiten el 50 por ciento del sueldo. Por eso estamos acá”, explicaba Alejo, de 17 años, contento por la cantidad de gente que “respondió a la convocatoria”. Otro par de amigos, con boinas, ropa de marca y alpargatas, argumentaban mientras tomaban mate que “el llamado se difundió a través de mensajes de celular durante la semana pasada. Por eso toda esta gente”.
Los porteños que se quejaron provenían de diferentes puntos de la Capital, principalmente de sectores acomodados. Se escucharon y se dejaron ver en Callao y Quintana, en La Recoleta; en Cabildo y Juramento, Belgrano; Arenales y Juncal, Barrio Norte; Libertador y Coronel Díaz, y algunos en Caballito, al 6000 de Rivadavia.
También se manifestaron en el interior: en Tandil hubo 4 mil personas, en Mar del Plata 500 y en Chascomús 120. Mientras en Bahía Blanca se pudieron escuchar tiros en un enfrentamiento entre camioneros y chacareros, en las provincias de Córdoba y Tucumán hubo también manifestaciones (ver aparte).
Entre quienes se encontraban en la Plaza de Mayo se pudo ver a la activista castrense Cecilia Pando, que había llegado unas horas antes para hacer su reclamo semanal a favor de la dictadura militar, y a la diputada María del Carmen Alarcón. El ex director de la SIDE durante el menemismo Bautista “Tata” Yofre optó por mostrarse entre los vecinos de Juncal y Uruguay.
En la Plaza, María, estudiante de profesorado de Historia explicaba que estaba “de acuerdo con la manifestación porque las medidas del Gobierno atacan a los pequeños productores”. Ramón, un operario del subte, lo miraba desde otra perspectiva: “Se ve que esta gente no son como los de mi barrio, donde sufrimos el aumento de los precios todos los días”.
El paisaje cambió cuando llegaron los militantes kirchneristas, que se habían congregado en Avenida de Mayo y Perú. A los empujones consiguieron entrar en la Plaza y después les ganaron a los caceroleros por cansancio.
“Es una nueva irresponsabilidad de la señora Carrió”, sostuvo anoche el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, al referirse a las manifestaciones que ocurrían en algunos barrios de la ciudad de Buenos Aires, luego del discurso de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. “Son los seguidores de la señora Carrió”, añadió Fernández, quien recordó que la titular de la Coalición Cívica siempre se mostró en apoyo a la protesta rural. Alberto Fernández fue el único funcionario que salió anoche, por Canal 7, a opinar sobre lo que sucedía. “Nosotros simplemente creemos que lo mejor es recuperar la cordura, que recuperen la cordura los que han llegado hasta esta instancia del reclamo”, dijo. Según el jefe de Gabinete, si se recupera la cordura “se pueden buscar caminos que nos permitan aprovechar esta formidable oportunidad que tiene la Argentina como productor de alimentos, en un momento en que el mundo los está reclamando”. El funcionario insistió en que “en vez de discutir un mecanismo de distribución de ingreso, quedamos encerrados en una discusión de si un productor tiene que ganar un poco más o un poco menos”.
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