Las cuatro entidades del campo ratificaron ayer el lockout luego de las medidas que anunció el Gobierno para mejorar la rentabilidad de los pequeños y medianos productores. “El paro sigue hasta el próximo miércoles, día en que nos volvemos a juntar”, sostuvo Mario Llambías, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), en la rueda de prensa que los dirigentes agrarios ofrecieron luego del discurso de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. De este modo, reafirmaron la alianza que mantienen desde que comenzó el conflicto, pese a la estrategia oficial tendiente a seducir a los chacareros pertenecientes fundamentalmente a Federación Agraria.

Los ruralistas se reunieron en la sede de CRA para seguir el discurso en un pequeño televisor de la sala de conferencias junto a los periodistas, como si fuera un partido de fútbol. En primera fila se ubicó la plana mayor de la dirigencia y en las dos siguientes los vices y secretarios. Durante la intervención del ministro de Economía, Martín Lousteau, encargado de presentar las medidas, permanecieron en silencio, con cara de póquer, y sólo intercambiaron algunos comentarios en voz baja.

Cuando fue el turno de Cristina Fernández, también se esforzaron por evitar gestos y comentarios, pero les costó más porque en varios tramos la Presidenta los puso nerviosos. Los momentos de mayor tensión fueron cuando les recriminó la falta de diálogo y cuando les pidió que se piensen como parte del país y no como sus propietarios. En la segunda fila, Arturo Lavallol, de la Sociedad Rural; Ricardo Bruyaile, vice de CRA; Ulises Forte, vice de Federación Agraria, y Carlos Gareto, vice de Coninagro, sonreían irónicamente mientras se agarraban la cabeza. También festejaron alguno de los gestos que ponía el dirigente Alfredo De Angeli, en Gualeguaychú, cuando la televisión le dedicaba una parte de la pantalla durante el discurso presidencial.

Apenas terminó de hablar Cristina Fernández, los cuatro presidentes se levantaron inmediatamente y se pusieron de frente a la sala para iniciar la conferencia de prensa. El primero en expresar su opinión fue Eduardo Buzzi, titular de Federación Agraria. “A simple vista da la impresión de que (el anuncio) no modifica en esencia el motivo que llevó a este conflicto, aunque debemos reconocer la mejora en el diagnóstico”, aseguró.

–Usted había exigido que se retrotrajeran las retenciones al 11 de marzo para levantar el lockout y el Gobierno afirma que sus representados van a recibir ese dinero de vuelta, ¿por qué el anuncio no modifica la situación? –le preguntó Página/12.

–Pedimos que se retrotraiga esta medida para habilitar una política que implique discutir quién es el sujeto agrario en la república, cómo se consolida un mecanismo donde esa pequeña y mediana burguesía se transforma en un agente que tenga capacidad de acumulación y pueda ser actor del desarrollo. El reintegro lleva las retenciones al 35 por ciento, pero con ese porcentaje ya veníamos complicados y los pooles de siembra nos venían pasando por arriba.

Con esa respuesta Buzzi pareció que le estaba corriendo el arco más atrás al Gobierno, pero luego aclaró que la decisión final la tomará luego de consultar a las bases. Una posición similar asumió Mario Llambías, quien ahora comenzó a reclamar hasta por los pequeños productores de uva de Mendoza. “Seguimos creyendo que el Gobierno no entiende cuál es la raíz del problema. Se toma esto como una reacción del productor sojero, cuando la gente que está en la ruta está cuestionando políticas ganaderas, lecheras, lo que nos pasó con el trigo este año y el año pasado y lo que nos está pasando con economías regionales como la yerba, el tabaco y la uva del pequeño productor de Mendoza”, sostuvo.

Luciano Miguens, titular de la Sociedad Rural, también rechazó las propuestas, pero en su caso resulta más comprensible, porque la entidad representa a los grandes productores y el paquete fue dirigido a los pequeños y medianos.

Quien se mostró más conforme con el anuncio fue Fernando Gioino, presidente de Coninagro, una entidad con poca representatividad en los piquetes. “Notamos que en las medidas complementarias hay un cierto alivio para los pequeños productores, pero nos quedan dudas y tenemos que consultar a nuestra gente”, respondió.

Luego de confirmar que la protesta continuará, los ruralistas les solicitaron a los productores que no frenaran el paso de lácteos, frutas, hortalizas y alimentos perecederos. Se esgrimieron razones humanitarias y también estratégicas. “Se deberá reestablecer el abastecimiento de modo tal que este no sea un motivo para que quieran poner a la opinión pública en contra de un auténtico reclamo”, destacó Buzzi.

También reivindicaron su condición de piqueteros rurales. Buzzi dijo que ellos ya lo habían sido en 1991 y 1992, “cuando había que resistir la política de Menem y Cavallo, mientras muchos de los que hoy son funcionarios estaban apoyando ese gobierno”. Mario Llambías, por su parte, sostuvo que “los piqueteros fueron inicialmente desocupados con problemas económicos muy grandes y acá hay problemas económicos. Por eso han salido los hombres de campo, pero no hay que confundir piqueteros con bandas de mafiosos que también aparecen en la escena política argentina y que a veces tienen apoyo desde los gobiernos”.