Roberto Quiñones, nieto de Hilda Morejón, a quien el gobierno de Cuba le otorgó el pasaporte para su salida hacia la Argentina, se mostró cauto y consideró que el gesto abre “una ventanita” sobre la posible salida de su madre, Hilda Molina. Quiñones, que comparte con su madre la profesión de neurocirujano, agradeció “profundamente” al presidente cubano, Raúl Castro, por haber dado muestras de “sensibilidad y piedad” con esta señal de apertura. Y también tuvo palabras de gratificación para la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, “porque comprendió el pedido de nuestra familia” y para el canciller Jorge Taiana por sus gestiones.

El médico habló ayer luego de que se conociese la decisión del gobierno de Cuba de otorgarle el pasaporte a su abuela, después de varios años de gestiones realizadas desde Argentina. Enterada de la novedad, en La Habana, Molina sostuvo: “Uno de los momentos más felices de mi vida será cuando mi madre se reencuentre con mi hijo, porque ella es el gran amor de su vida”. Y agregó que está “muy agradecida por este gesto del nuevo gobierno que hay aquí”.

Aunque su hijo no quiso realizar apreciaciones políticas sobre el gobierno cubano, destacó que no guarda “odio ni rencor” hacia la administración castrista. “Agradezco al comandante Raúl Castro por este cambio de actitud, por ese gesto de sensibilidad y piedad. Estoy profundamente agradecido, en nombre de mis hijos y mi esposa, Verónica Scarpatti, que está ayudando con los trámites. Cuando uno tiene un gesto de piedad, hay que ser agradecidos”, señaló Quiñones. De hecho, Scarpatti se encuentra en La Habana para “para evaluar en el terreno las posibilidades reales del hecho”, y colaborar con el traslado de la abuela de su marido, “que no puede viajar sola”.

Quiñones recordó que la presidenta Kirchner lo había recibido junto a su hijo mayor, Roberto, en abril 2004, cuando aún era senadora. “No quiero desaprovechar la oportunidad para agradecer al actual gobierno de la Argentina, concretamente a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, comprender con sensibilidad que el pedido nuestro era netamente familiar, un pedido humano”, dijo. En aquella oportunidad, la entonces senadora les dijo “que estaba dispuesta a ayudar en lo que fuera posible, siempre y cuando no se lastimara ni perjudicaran las buenas relaciones que hay entre los dos países”. Según relató, “ella (por Cristina) era una admiradora del pueblo de Cuba, a lo que yo en su momento le contesté que no tenía ningún problema con su pueblo, que me sentía hijo de Cuba, y que esto era una situación que se escapaba más allá de nuestra lógica”.

Consultado sobre cuándo podría viajar su abuela a Argentina, el médico señaló que “todavía no hay nada concreto, pero, si se produce algo, será la próxima semana”. Esa sería la fecha del encuentro, pero dependerá también del estado de salud de Hilda Morejón, de 89 años.

“Con una señal así se abre una ventanita”, expresó Quiñones en una conferencia de prensa, y aseguró que “si el gobierno cubano quiere también se puede concretar la llegada de mi madre (Hilda Molina) a la Argentina”. Sin embargo, enseguida aclaró que “sería hacer futurología decir qué pasará con mi madre”.

El agradecimiento de Quiñones se hizo extensivo a sus abogados, Eduardo Valdés, Hipólito Solari Yrigoyen y Alicia Oliveira.