Jue 22.05.2008

EL PAíS • SUBNOTA

Dos interpretaciones sobre la decisión

Gabriel Puricelli *

“Remueve un residuo venenoso”

La decisión de Cuba de darle el pasaporte a la madre de Hilda Molina remueve un pequeño residuo venenoso en la relación bilateral con Argentina. Pero se enmarca en un contexto aún más amplio que los cambios que lentamente se están produciendo en la isla. Se vincula a la intención del Estado cubano de recuperar el control sobre el conocimiento y los recursos que él mismo va construyendo. El sistema cubano estuvo estructurado sobre la idea de que el Estado podía elegir con qué sector del mundo se relacionaba, y le ha tomado tiempo entender que las cosas ya no funcionan de ese modo, que teniendo tantas cosas para ofrecerle al mundo y tantas para recibir también, ya resultaba muy difícil sostener restricciones a la circulación de las personas y de los recursos que genera el Estado, recursos que siempre están encarnados en personas. Por otra parte, desde el punto de vista humanitario, era ya muy complicado encontrar razones que justificaran un impedimento a la movilidad de la madre de Hilda Molina. Y esto coincide con una situación doméstica donde parece ser (“parece”, porque, por las mismas razones, la información que tenemos de Cuba es muy limitada), entonces que se está desarrollando una política muy planificada por el liderazgo del régimen de ir aflojando lentamente las restricciones en determinados lugares del sistema social y político, particularmente en espacios que no se consideran centrales para el régimen socialista. El caso de Hilda Molina, si bien es importante para la relación bilateral, es un tema que se sitúa muy en los márgenes de lo fundamental para la continuidad del socialismo en Cuba.

* Sociólogo (UBA), coordinador del Programa de Política Internacional del Laboratorio de Políticas Públicas.


Andrés Fontana *

“Se juega un cambio de régimen”

Cuba parece estar encaminándose a un cambio positivo, mientras el resto de la región va para atrás. En la presencia pública de Latinoamérica predominan procesos de naturaleza autoritaria y de falta de respeto de la democracia. Uribe ha violado recientemente el espacio aéreo de Venezuela, cometió un grave error con la incursión en Ecuador y ahora está jugando con una posible reforma de la Constitución de Colombia para buscar una segunda reelección. Chávez tiene una política autoritaria y agresiva. Evo Morales, aunque es muy distinto a Chávez y está llevando a cabo una reivindicación de un amplísimo sector de la sociedad boliviana históricamente relegado, recurre a métodos que no siempre se condicen con las reglas democráticas. Pese a que en términos de izquierda y derecha sus gobiernos parecían afines, Argentina y Uruguay han establecido una mala relación. En ese contexto regional, Cuba se está preparando para un cambio institucional. En la decisión de otorgarle el pasaporte a la madre de Hilda Molina no creo que la prioridad de Cuba haya sido transmitirle un gesto a la Argentina, un país con el que ha tenido una simpatía histórica. Lo que está en juego en Cuba es un cambio de régimen, que se está realizando en forma muy prudente, muy pautada, por ahora sin claridad con respecto a los plazos ni hasta a dónde se va a llegar. Pero hay un objetivo político y esta decisión hay que entenderla en ese marco. Sí se trata de una decisión que implica una mirada internacional, porque el cambio no puede ser sólo interno. Pensando de dónde venía Cuba, este tipo de medidas son de extrema importancia.

* Profesor de Relaciones Internacionales, decano de la Facultad de Estudios para Graduados (UB).

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