EL PAíS › DIAGNOSTICO Y PRONOSTICO DEL FMI PARA LA ARGENTINA
“El doble de la Gran Depresión”
Para el Fondo Monetario Internacional “la Argentina experimenta una contracción económica de una magnitud sin precedentes”. Según el organismo, durante 2002 el Producto Interno Bruto caerá el 16 por ciento, aunque se recuperará un tenue 1 por ciento el año próximo. La inflación, en tanto, llegó para quedarse y la cuenta corriente del balance de pagos continuará siendo fuertemente superavitaria, por encima de los dos dígitos y con un crecimiento interanual 2002-2003 del 50 por ciento. En el contexto de la región, el Fondo reconoció finalmente el contagio de la crisis argentina, país que habría servido de “despertador” sobre la verdadera situación que atraviesan las economías latinoamericanas. En general, el pronóstico es sombrío para todos los países. Las únicas excepciones las constituyen Chile y México.
El informe “Perspectivas Económicas Mundiales” señaló que la caída de la actividad que registra la Argentina es la mayor de su historia. La retracción “acumulada en cuatro años hasta el fin de 2002 se aproxima al 20 por ciento, casi el doble de la experimentada en la Gran Depresión de los ‘30”.
Para el país que pasó de “niño mimado” durante los ‘90, cuando se afanaba por aplicar las recetas del organismo, a oveja negra tras el default, el informe prevé una inflación del 29 por ciento para 2002 y del 48 por ciento para 2003. Sin embargo, no deben compararse estas cifras con indicadores locales como el IPC (Indice de Precios al Consumidor), pues ambas mediciones utilizan metodologías distintas. Los números del FMI comparan “promedio anual contra promedio anual”, mientras que el IPC mide la variación de precios “punta a punta”. Esto supone que el 48 por ciento de 2003 incluye un componente de arrastre estadístico. En términos de IPC la inflación prevista para 2003 será menor que en 2002.
El FMI reiteró que son los propios argentinos quienes deben esforzarse para conseguir su auxilio. “Se necesita progreso rápido” en varias áreas. El documento señaló cuatro: Una situación fiscal que “balancee los requerimientos de sustentabilidad de la deuda a mediano plazo con las consideraciones cíclicas presentes”, una estrategia para recuperar el sector financiero, anclaje monetario e independencia del Banco Central.
Aunque no utilizó la palabra contagio, la que fue reemplazada por “derrame”, el Fondo reconoció la influencia de la crisis argentina en la caída de producto latinoamericana (2,5 por ciento en el primer semestre del año), en particular en lo ocurrido en Uruguay, Paraguay y Bolivia. Además, la Argentina habría sido el “despertador” de las “vulnerabilidades subyacentes que persisten en la región” y que fueron motivo de salida de capitales y retracción de las inversiones. Sobre Brasil, el FMI sostuvo que aún restan “importantes vulnerabilidades”, como “la amortización de la deuda y a los vencimientos en los meses próximos”. No obstante la previsión de crecimiento para el país es del 1,5 por ciento en 2002 y del 3 por ciento en 2003.