Desde Costa do Sauipe

El inminente viaje de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a Cuba se transformó en tema obligado entre los funcionarios y cronistas que pululaban en el lobby del Golf and Spa esperando la salida hacia alguna cumbre. Uno de los pocos hombres con acceso directo al matrimonio presidencial comentó a Página/12 que “seguramente” Néstor Kirchner va a ser parte de la comitiva y que la decisión es reunirse también con Fidel Castro. “Estamos trabajando en la agenda y vamos a hacer una visita que, además, creo interpreta el sentimiento de por lo menos la mayoría del pueblo argentino, que tiene un inmenso cariño por el pueblo cubano y viceversa”, dijo Cristina Kirchner. Fuera de los micrófonos el tema tabú es qué pasará con el caso Hilda Molina, la médica que quiere salir de la isla para visitar a su familia en la Argentina.

El presidente de Cuba, Raúl Castro, oficializó la invitación a la Presidenta ante el venezolano Hugo Chávez y de inmediato se cerró la fecha. Néstor Kirchner había estado por viajar a la isla en dos oportunidades pero, justamente, el entredicho en torno del caso Molina enfrió la relación. “Es un caso humanitario muy complejo que además es aprovechado con intereses políticos”, sintetizó un funcionario que optó por destacar el valor de la invitación y dejar bajo un paraguas protector las cuestiones urticantes. Entre esas cuestiones que sensibilizan a los cubanos figura también la posibilidad de que la delegación kirchnerista acepte reunirse con grupos opositores en la isla. “No hay nada decidido”, fue la máxima precisión lograda. La misma respuesta clausuró las dudas sobre si la deuda del gobierno cubano será tema de agenda.

Desde la asunción de Raúl Castro, el gobierno cubano empezó a dar señales de cierta flexibilización en su política exterior. Entre esas señales se destacó la decisión de permitir el viaje a Buenos Aires de la madre de Hilda Molina para reunirse con su nieto y conocer a sus bisnietos. La histórica incorporación de Cuba al Grupo de Río, el respaldo de todos los presidentes de América latina y el Caribe al reclamo de levantamiento del embargo de los Estados Unidos a la isla refuerzan la vocación de la región por contener a Cuba mucho más allá de las declaraciones aisladas de solidaridad. Antes de llegar a Bahía, Castro se reunió en Caracas con Chávez y tras el maratón de cumbres partió ayer a Brasilia para iniciar una visita oficial a Luiz Inácio Lula da Silva. Como contrapartida invitó a Kirchner a La Habana y a la chilena Michelle Bachelet para el mes próximo.

Al regresar al hotel tras el fin de las deliberaciones, Cristina Kirchner respondió algunas preguntas. “Esperamos profundizar el intercambio comercial. Cuba nos provee de las bombitas de baja energía que nos han permitido realizar una campaña muy exitosa, en cuanto a la administración y uso racional de energía. También Cuba tiene muchos adelantos, de carácter tecnológicos, educativos, sobre todo en el ámbito de la salud y la educación, éstos son, tal vez, de los más adelantados de todo el continente. Nosotros también tenemos cuestiones que pueden interesarle mucho a Cuba, como es el tema de la agroalimentación, los productos alimentarios, las técnicas industriales”, dijo.

Los presidentes de la región coincidieron en la denuncia del bloqueo impuesto por los Estados Unidos a Cuba desde hace casi cincuenta años. “Creo que el bloqueo finalmente va a terminar siendo reconsiderado. Tenemos muchas esperanzas en la nueva administración del presidente Obama, en cuanto a que tome medidas que vayan bajando la conflictividad que ha mantenido históricamente con la isla y seguramente va a culminar con la finalización del bloqueo. No puede ser de otra manera, porque además uno puede constatar que hasta los propios hijos de los cubanos que emigraron de Cuba, y que hoy residen en la Florida, están deseosos de terminar con el bloqueo. Creo que, además, ha sido bastante ineficiente ¿no? y también muy meritorio para Cuba, un pequeño país que a poco más de 100 kilómetros del país más poderoso del mundo ha resistido”, destacó la Presidenta.

En la comitiva argentina resaltaban las palabras de Raúl Castro al integrarse al Grupo de Río. “En una rápida película desfilaron por mi mente los miles de rostros de compañeros, la lucha del pueblo cubano en estos cincuenta años. Los documentos desclasificados del imperio demostraron que era verdad lo que decíamos con Fidel cuando nos quisieron invadir por Playa Girón”, recordó Castro al hilvanar retazos de anécdotas del triunfo de la Revolución y conmover a más de uno que había abrevado en aquel ideario.