- Una historia de amor. “Si en 48 horas se define una historia de amor, esperemos que en 48 horas se defina la historia de las empresas argentinas con el Estado.” Con ese tono épico que lo caracteriza, el senador Eric Calcagno inició la defensa del proyecto de expropiación impulsado por el oficialismo. Calcagno también recurrió a una argumentación filosófica: “No es tan importante, en una situación de dominación, el poder del dominante como el consentimiento del dominado. Esto es lo que estamos rompiendo ahora (Baudrillard)”.

- Asadito con radicales. El radical Gerardo Morales arremetió contra el secretario de Transporte. “El plan de (Ricardo) Jaime era darles a los españoles 400 millones de dólares. Eso es lo que había dialogado el secretario con Marsans dentro del Acta Acuerdo. Pero por suerte el Congreso frenó al Poder Ejecutivo. ¿Saben lo que le dijo Jaime al senador Giustiniani durante las deliberaciones en las comisiones? `Yo no dije expropiación y sí apropiación`. Si Jaime es la garantía de la seguridad jurídica, estamos en la parrilla”, concluyó Morales.

- Partida entre tramposos. En sintonía con el radical Morales, el socialista Rubén Giustiniani también fue duro con el oficialismo. E irónico. “Estamos viendo un partido de truco entre tramposos que no ha finalizado. Con lo que hoy se vote, no se cierra el episodio de Aerolíneas Argentinas. ¿Cuál es la propuesta del oficialismo para manejar la empresa? ¿Será que el partido de truco entre tramposos continúa?”, se preguntó Giustiniani.

- Pido la palabra. Hilda “Chiche” Duhalde tuvo un pequeño cruce con el titular del bloque K, Miguel Pichetto. “Presenté 31 proyectos en todo el año y ninguno fue tratado. En el tema de Aerolíneas, presenté una iniciativa que fue girada a tres comisiones y nunca considerada”, se quejó Duhalde. Inmediatamente, Pichetto le respondió: “Tráigame su proyecto de Aerolíneas y lo voy a considerar”. Claro que la sesión ya había comenzado y el margen para hacer cambios era igual a cero.