- Los actores marcharon llevando grandes siluetas pintadas en tela, cada una con el nombre de uno de los desaparecidos del gremio. Levantándolas, el conjunto resultaba visualmente impactante. Otros que se diferenciaron dentro de la marcha fueron los anarquistas, vestidos todos de negro. En las paredes del Cabildo pintaron sus consignas. “Los grandes son grandes porque estamos arrodillados”, apuntó una de ellas.

- Otros carteles o leyendas que lograban llamar la atención: “Seamos libres”, decía nada más la pancarta del centro de estudiantes de la Escuela de Enseñanza Media Nº 7. “No se trata de dinero, se trata de dejar un mensaje”, apuntaba, sugerente pero sin concretar cuál era ese mensaje, la remera de un chico de rastas. Mucho más claro, otro grupo marchó con la bandera “Putos y Peronistas”.

- En la esquina de Piedras y Avenida de Mayo, tres personajes ostensiblemente ajenos a la marcha ofrecían abrazos gratis. “¿Cómo les está yendo?”, preguntó Página/12. “Con la intelectualidad de izquierda mal, pero la gente que viene atrás se la banca”, dijo uno. Culposo, se definió enseguida como un ex intelectual de izquierda, “costumbre que dejé para volverme emotivo”. Los abrazos gratis son una propuesta que nació en Sydney y se difundió por Internet. “Se usa en todo el mundo”, aseguró el entrevistado.

- Prácticamente no se vieron policías en los alrededores durante la marcha ni cerca de la Plaza de Mayo. El operativo de seguridad fue muy discreto y se limitó a interrumpir el tránsito en las calles transversales al avance de la marcha. En general, la masividad de la movilización funcionó para que las calles fueran cortadas sin incidentes con los automovilistas.