Sábado, 20 de febrero de 2010 | Hoy
EL PAíS › UNA RECORRIDA POR LOS BARRIOS MáS CASTIGADOS
“Tengo que llegar a mi trabajo en Las Cañitas, pero no tengo forma. No puedo llegar a la parada del 60, por eso pensé en bordear el lugar con un taxi, pero ninguno me lleva”, se quejaba un joven varado sobre la esquina de Godoy Cruz y Santa Fe, en Palermo. Ambas calles se habían convertido en ríos, con un caudal que llegaba hasta las rodillas de quien intentara cruzar. Algunos vecinos se habían reunido en las esquinas para presenciar un fenómeno inusual, debatir sobre sus causas y apaciguar la indignación. Otros sacaban fotos y caminaban con cuidado sorteando la basura que era arrastrada por la corriente.
Mucha gente llegaba hasta la esquina, y al no alcanzar a ver los límites de la inundación retrocedía. “Mi mamá vive sobre Godoy Cruz y no me puedo comunicar con ella para saber si el agua entró en su casa”, manifestó una mujer, que se disponía a llegar a la vivienda de su madre caminando, pero desistió al ver la cantidad de agua.
Los mismos barrios de la ciudad que el lunes se anegaron volvieron a quedar inundados. Entre ellos Almagro, Villa Crespo, La Paternal, Villa Lugano y Palermo. Algunas de las esquinas más afectadas fueron Juan B. Justo y Santa Fe, donde había un metro de agua. A poca distancia, sobre Humboldt y Santa Fe, buzos con chalecos salvavidas trabajaban en el lugar.
Un patrullero interrumpía y desviaba el tránsito sobre uno de los carriles de la avenida Santa Fe al 4600. En el cruce con Oro, la gente aglomerada bajo los aleros deliberaba sobre cuál era el mejor camino a seguir, pero las respuestas quedaban en suspenso. Allí, cuatro hombres de una empresa de recolección de basura interrumpieron su tarea porque el agua trepaba los cordones hasta llegar a la vereda. “Destapamos las bocas de tormenta y sacamos la basura. Nos dijeron que nos quedemos acá, pero no podemos hacer más nada para que el agua baje, salvo observar las peripecias que debe hacer la gente”, comentaba uno de ellos. Otro apuntaba: “Que esto se inunde no es culpa de la basura” sobre la vía pública.
“La verdad es una vergüenza. Mirá que Juan B. Justo siempre se inunda, pero nunca la vi así”, aseguró una mujer que intentaba ir a Belgrano. En el 2300 de esa avenida, una boca de tormenta expulsaba agua hasta una altura considerable. “Aunque no siga lloviendo el agua no va a bajar, porque el Maldonado colapsó”, explicaba Gladys, de Villa Crespo. “Esto fue peor que lo del lunes”, sentenciaba. Ayer también se quedó sin luz.
Informe: Rocío Ilama.
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