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Acuerdo de precios, pero con más beneficios para las petroleras
El pacto busca evitar subas por tres meses. Pero a su vez les otorgaron nuevas facilidades en el manejo de divisas a las exportadoras.
› Por Raúl Dellatorre
No es mucho lo que el Gobierno obtuvo en materia de contención de precios de los combustibles, pero al menos cumplió el objetivo primario de mostrar preocupación por la suba de los valores en los surtidores. Ayer, en presencia del jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, y el secretario de Energía, Enrique Devoto, productoras y refinadoras petroleras asumieron el compromiso de mantener estable el precio del crudo para el mercado interno por 90 días, lo que supondría mantener invariables los precios al público de los combustibles durante el mismo lapso. Entre hoy y mañana, sin embargo, Repsol-YPF ajustó anoche en un 2,8 por ciento las naftas y 5,2 el gasoil, medio y un punto por debajo de las subas ya dispuestas por Esso, Shell y Petrobras. El acuerdo entre productoras y refinadoras, por otra parte, se mantendrá siempre que el crudo no supere en Nueva York los 35 dólares por barril ni el tipo de cambio en la plaza local se mantenga por encima de los 3,65 pesos.
El acuerdo entre las petroleras compromete a los productores –los que extraen petróleo en el país– a cumplir los contratos de entrega a los refinadores –en particular a los que no tienen producción integrada: Esso y Shell– a un valor de 28,5 dólares por barril. El crudo de referencia, el WTI, cotizó ayer en Nueva York a 31,85 dólares. La diferencia se computará a futuro como un fondo de compensación a favor de las productoras, que lo cobrarán cuando el precio baje a un valor inferior a los 28,5 dólares. Las perspectivas, sin embargo, son que los valores tiendan a subir, de la mano de un probable recalentamiento de la tensión en Medio Oriente y aunque se resuelva el actual conflicto en Venezuela. El pacto es que las productoras seguirán entregando el crudo a 28,5 siempre que el precio internacional no se dispare por encima de los 35 dólares el barril, una barrera bastante cercana si se produce el ataque armado de Estados Unidos a Irak.
No es casual que, paralelamente a este acuerdo, el Gobierno haya publicado el martes, en el Boletín Oficial, el decreto por el cual ratifica la facilidad para las petroleras exportadoras de retener en el exterior –o en el país como divisas– el 70 por ciento de lo que producen sus ventas al exterior, ya se trate de crudo, gas o cualquiera de sus derivados. En total, las exportaciones del sector se ubicaron por encima de los 4000 millones de dólares durante 2002 y este año fácilmente superarán los 5000 millones, teniendo en cuenta la retracción en el consumo interno y la suba de los precios internacionales.
La medida era reclamada por las petroleras para ratificar un criterio establecido a principios de la década del ‘90. El Banco Central había cuestionado su vigencia, entendiendo que la Ley de Emergencia Económica había eliminado ese privilegio al establecer obligaciones generales en materia de liquidación de divisas para todos los exportadores. El nuevo decreto, el 2703/02, restablece el privilegio desde su publicación en adelante. No obstante, el criterio de las petroleras es que “hay una continuidad jurídica” entre el régimen vigente a partir de 1991 y la ratificación del 31 de diciembre último. Por lo tanto, consideran como derecho adquirido el haber retenido, durante el 2002, el 70 por ciento de sus exportaciones en divisas. Por las dudas, se han presentado a la Justicia iniciando acciones de amparo frente a la eventualidad de que se les reclame la liquidación del 70 por ciento restante.
Por otra parte, el decreto 2703 les otorga a las petroleras un privilegio adicional al anteriormente vigente: tendrán la posibilidad de mantener depositados en un banco local el 30 por ciento de los dólares exportados, es decir que no tendrán obligación en todos los casos de liquidar esa proporción ante el Banco Central. Ello las coloca en una posición de ventaja frente a otros exportadores realmente envidiable.
Frente a tales beneficios, el compromiso asumido ayer por las petroleras para el mantenimiento condicionado de los precios no parece ser uncompromiso excesivo. Lo que las productoras resignan es una porción menor de una ganancia extraordinaria que vienen percibiendo por costos en pesos –por lo que extraen en el país– contra ingresos en dólares y, a favor de ellas, con precios en alza. Los balances de estas petroleras del año 2002 exhibirán resultados con utilidades que a más de uno les costará explicar.
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