No es para descorchar champagne pero, al menos, la Administración Federal de Ingresos Públicos puede exhibir una performance recaudatoria digna para el año 2002. Según los números difundidos ayer, en el año saliente la DGI y la Aduana recaudaron un total de 50.476 millones de pesos, un 11 por ciento más que en el conflictivo 2001. Esta suba, sin embargo, se transforma rápidamente en una caída real si se tienen en cuenta la inflación y que en parte está sostenida por la creación de nuevos tributos.
Sólo las retenciones sobre las ventas externas –gravamen que fue impuesto por la administración duhaldista– añadieron 5000 millones, lo que relativiza las comparaciones globales entre un año y el otro. El otro factor es la inflación: si se considera que la suba de precios minoristas alcanzó el 40 por ciento, se concluye rápidamente que aquel crecimiento en la recaudación es un retroceso en términos reales.
La inflación ayudó, básicamente, a recaudar más por el Impuesto al Valor Agregado y los Impuestos Internos, dos gravámenes muy ligados al creciente precio de los bienes. La prohibición oficial a las empresas de ajustar sus balances en función de esas subas de precios (y por lo tanto de sus mayores costos) también infló la recaudación por Ganancias.
Una suba especialmente importante se dio en la recaudación del mes pasado, que sumó 4814 millones de pesos, contra los magros 2819 millones del trágico diciembre del 2001. El incremento del 11 por ciento nominal sirvió, de cualquier modo, para que Argentina pudiera concluir el 2002 con superávit primario, es decir, con una diferencia a favor, sin considerar la deuda pública. Esto es, a juicio de Economía, lo que debe considerarse cuando se juzga los presuntos méritos de la Afip. Para conservar esta situación, el gobierno apuesta a mantener un dólar alto que le permita sostener o incrementar los ingresos por las retenciones a las exportaciones.
Las metas contenidas en el Presupuesto del año próximo son “muy exigentes”, a decir de Alberto Abad, titular de la Afip. Según las proyecciones contenidas en esa ley, la recaudación no debería bajar de los 6000 millones por mes para totalizar 74 mil millones a lo largo de todo el año. Esta meta, sin embargo, depende de que el país aumente las exportaciones y de que la inflación sea del 22 por ciento, tal como está estimada en el presupuesto para el año que acaba de comenzar.