Sábado, 28 de agosto de 2010 | Hoy
EL PAíS › UNA MARCHA DE ESTUDIANTES RECLAMó MAYOR PRESUPUESTO ESCOLAR
Una caravana de varios cientos de estudiantes secundarios ocupaba el largo de una cuadra y poco antes de las 18 de ayer se abría camino por la Avenida de Mayo. La mayoría de los jóvenes se había concentrado frente al Ministerio de Educación de la Nación y se dirigía a la sede porteña, donde los esperaba una reunión con el ministro de Educación de la ciudad, Esteban Bullrich (ver aparte). También algunos otros grupos se unían y alimentaban la columna a medida que avanzaba hacia su destino. Marcharon, algunos más y otros menos esperanzados, en busca de respuestas a sus solicitudes y necesidades: mayor presupuesto para la educación, mejoras edilicias, más viandas y becas.
“Todos o ninguno.” Esa fue la consigna que unió a todo el bloque de estudiantes de la ciudad, que daba a entender la exigencia de respuestas para todos y cada uno de los colegios. De la marcha participaron los 24 colegios que fueron tomados en el transcurso de las dos últimas semanas y escuelas que si bien no llegaron a esa medida también participan de los reclamos. “Todos los establecimientos reclaman desde hace mucho tiempo y a su manera. La decisión de llevar adelante y confluir en estas tomas no es algo que se decidió repentinamente, sino después de muchos años de lucha de cada escuela por separado, que no vio resultados”, enfatizó la madre de un alumno de primer año de la escuela Yrurtia, Marcela Fridman, acompañada de su esposo, Miguel Angel Podestá.
En medio del tumulto, el ruido de los redoblantes y las consignas hechas cantos que resonaban sin necesidad de megáfono, Podestá aseguró con orgullo que “es alucinante ver cómo los pibes ponen el cuerpo a esta situación, se organizan y hacen distintas actividades”. Inmersa en la emoción que genera en cualquier padre el crecimiento de un hijo, Marcela expresó: “Todo esto demuestra que nuestros chicos son sujetos políticos y no peligrosos, y nosotros como adultos debemos acompañarlos y cuidarlos. Muchos papás estamos apoyándolos en sus reclamos”.
Más de 20 cuadras caminaron para que una comisión integrada por un representante de las más de 20 escuelas entrara a una reunión con autoridades de la cartera educativa porteña. La euforia juvenil no se aplacó en ninguna parte del recorrido y se avivó al llegar al ministerio, recién pasadas las 18.30. La batucada dirigía al resto de los jóvenes movilizados. Sin embargo, algunos optaron por corear y aplaudir desde el suelo, donde se armaron pequeñas rondas alrededor de los mates y galletitas. Todos esperaban la salida de los compañeros que habían ingresado a dialogar con los funcionarios.
Los resultados de esa reunión determinarán la continuidad o el levantamiento de las ocupaciones pacíficas. Los estandartes no sólo expresaban los reclamos, sino también deseos y legítimas ambiciones: “Si el presente es de lucha, el futuro es nuestro”. Más allá de los pedidos puntuales en cada establecimiento educativo, Fernando, del Manuel Belgrano; Lucía y Florencia, del Mariano Acosta; Luciano, del colegio Carlos Pellegrini; Liza, del Yrurtia, y Sofía y Mariana, del Julio Cortázar, coincidieron al señalar el objetivo vertebral de estas manifestaciones estudiantiles: “Mayor presupuesto para la educación pública y la efectiva ejecución de ese monto”. Las caras expresaban expectativa y los cuerpos se mostraban inquietos. Confiaban en que la unión de la comunidad estudiantil no sería en vano.
Informe: Rocío Ilama.
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