EL PAíS
Por si faltaba algo en la Justicia, apareció Mussa
Parece difícil que el congreso duhaldista tenga revalidación judicial. Para complicarlo más, una fórmula de outsiders, Manusovich-Mussa, planteó un recurso.
Por Raúl Kollmann
Al duhaldismo no le será fácil sostener en la Justicia el llamado sistema de neolemas, por el cual se podrán presentar a las elecciones generales los tres candidatos habilitados por el congreso de Lanús del viernes pasado: Néstor Kirchner, Carlos Menem y Adolfo Rodríguez Saá. Por de pronto, el inefable Juan Ricardo Mussa, que se presentó en numerosas oportunidades sin obtener caudal electoral, pidió –en nombre de la fórmula que integra y que lleva a Rubén Manusovich como candidato a Presidente– la nulidad del congreso porque de hecho no se los deja participar como a los otros tres candidatos. Los asesores letrados del duhaldismo reconocen que no tendrán más remedio que sumarlo a Mussa como cuarto hombre con los colores del PJ. También el menemismo pedirá hoy la nulidad del congreso, y lo que se busca ahora es una difícil negociación para que se acuerde una forma en que todos usen el nombre y los símbolos del peronismo, sin que las boletas requieran de un especialista para entender cuál es cuál.
Solucionar los problemas de detalle, como es el caso de los legales, resulta casi imposible cuando el problema de fondo, la nítida división que existe en el peronismo, se ahonda día a día. En ese escenario, todo se hace cuesta arriba y uno de los escenarios centrales de la disputa es la Justicia.
El congreso del viernes resolvió que tres candidatos se presenten a la elección general, prevista para el 27 de octubre, pero según el texto votado cada uno tiene la obligación de conformar una alianza con otras fuerzas políticas, con lo cual el candidato uno irá, por ejemplo, por el Frente del Futuro, el segundo por la Alianza Solidaria y el tercero por el Movimiento Popular. Con esto quedarían diferenciados los nombres y se superaría también otro de los obstáculos que plantea la ley: que el PJ sólo puede tener un fiscal por mesa y que la lista del justicialismo lleva el número dos. De esta manera, cada frente tendrá su fiscal y también un número distinto.
Sin embargo, las cosas a priori no son tan fáciles. Ya apareció Mussa diciendo que no hay razón alguna para que se haya designado a Kirchner, Menem y Rodríguez Saá y que a él se lo haya dejado afuera. Todo indica que al inefable Mussa lo tendrán que sumar a los candidatos que se pueden presentar.
Al mismo tiempo, queda la duda de si un congreso puede obligar a candidatos a que hagan frentes –”es imperativa la resolución”, señalaba anoche el apoderado del PJ, Jorge Landau–, pero eso también caerá en el terreno de la batalla judicial. Los dos pedidos de nulidad del congreso de Lanús recién serán tratados por la Cámara Nacional Electoral la semana que viene. Significa que la lógica es que haya resolución el día 7 de febrero. Considerando que las internas son el 23, todo indica que la propia acción del duhaldismo –la legal y la política– ya arrasó con la interna y que de hecho los candidatos serán inscriptos por separado: si la Justicia le da la razón a Menem, tal vez el riojano sea inscripto como candidato oficial y Kirchner y Rodríguez Saá tendrán que ir por afuera. La otra variante es que todos vayan por fuera y el PJ como tal directamente no tenga candidato. El caótico proceso de las internas de 2002 y 2003 no sólo expresa problemas legales sino una crisis furibunda de los dos partidos. Algunos sostienen que se trata de problemas de liderazgo, pero otros consideran que las discrepancias de fondo son evidentes y que los partidos, tanto el PJ como la UCR, están fracturados en torno a visiones de la Argentina y el mundo muy diferentes.