En el Ministerio de Trabajo anoche ponían en duda el anuncio de la supuesta apertura del diálogo de los desocupados con algunos dueños de fábricas para conseguir puestos de trabajo genuinos, el principal logro conseguido en la primera jornada de la protesta piquetera.
“Los empresarios que quieran tomar a beneficiarios de los planes deben inscribirse en el ministerio, donde estamos preparando el listado con el curriculum de todos los que reciben los planes”, respondían cerca de la ministra Graciela Camaño. Con esa iniciativa que prevé beneficios para los empresarios empleadores, en el Gobierno imaginan que crearán 400 mil nuevos puestos de trabajo. Con respecto a uno de los reclamos principales de la jornada de protesta –el incremento del monto y de la cantidad de los planes para jefas y jefes de hogar–, en Trabajo insisten en que por el momento es imposible. Sólo sigue en estudio la alternativa de aumentar en 30 pesos el subsidio para el caso del jefe de hogar que sea padre de tres hijos. “Sabemos que es insuficiente, pero más no se puede hacer”, respondían. En cambio, prometían seguir revisando los reclamos sobre planes que se dieron de baja por error aunque, aseguraban, no son ni por asomo los 200 mil de los que hablan los dirigentes piqueteros. Por otro lado, desde Trabajo descartaban que el Gobierno empiece a reprimir las protestas. “Nosotros siempre apostamos al diálogo”, sostenían.